Las últimas semanas han sido una locura para los biólogos especialistas en mosquitos, como yo. Nunca antes habíamos recibido tantas peticiones para que nos pronunciásemos sobre qué puede suponer para la salud mundial una enfermedad transmitida por mosquitos, el virus Zika. Con toda esta cobertura informativa, resulta sorprendente que ninguno de los candidatos a la presidencia de EE UU se haya aprovechado (todavía) de la repercusión mediática relacionada con el zika. Pero, ¿representa en realidad el zika esa gran amenaza para nosotros y nuestros hijos?
El virus del zika es una emergencia internacional de salud pública y el mosquito que lo transporta coloniza cada vez más territorios. Este pequeño viajero, que tiene sus mejores aliados en los desplazamientos humanos y el cambio climático, lleva siglos especializándose en picar a nuestra especie. Brasil ha puesto en marcha al ejército contra él. Los científicos buscan soluciones más sofisticadas, como liberar ejemplares estériles, infectarlos con bacterias o manipularlos genéticamente.
Para la producción de una vacuna o de un antiviral se necesitan de 10 a 15 años desde el diseño experimental hasta que el producto sale al mercado. Por ello, el equipo de Cristina Risco (Madrid, 1963), investigadora del Centro Nacional de Biotecnología, busca en fármacos ya existentes y usados en humanos una solución rápida para combatir el chikunguña y otras inminentes infecciones para las que no existe tratamiento preventivo ni paliativo.
Cristina Risco en su laboratorio del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC). / SINC
El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades ha confirmado el primer caso en España de chikunguña, una enfermedad transmitida por el mosquito responsable del dengue o la fiebre amarilla. El paciente, sin antecedentes de viajes a zonas endémicas, comenzó a tener síntomas el pasado 7 de julio.