Entre 0,4 y 2,1 millones de aves silvestres mueren por prácticas ilegales cada año en el norte y centro de Europa, y en la región del Cáucaso, según un nuevo informe que completa la panorámica de la mortandad en esta zona. En la región mediterránea la cifra asciende a 25 millones de pájaros cada año, y en España mueren entre 103.000 y 405.000 individuos.
La prohibición de descartes pesqueros impuesta por la Unión Europea podría aumentar a corto plazo la captura accidental de aves marinas amenazadas en el Mediterráneo por parte de los barcos palangreros. Así lo afirma un nuevo estudio que ha analizado la interacción entre las poblaciones de pardela cenicienta y la flota palangrera en Cataluña y Baleares. Según los científicos, es urgente adoptar medidas correctoras adecuadas a la flota de palangre antes de que la normativa se aplique para evitar que las aves se enganchen y mueran en los anzuelos.
La película Buscando a Nemo popularizó tanto a los peces payasos que sus poblaciones empezaron a disminuir en los arrecifes de coral para llenar los acuarios de todo el mundo. Con el próximo estreno en España de la secuela Buscando a Dory, los conservacionistas temen que se reproduzca el fenómeno con el pez cirujano regal o azul, encarnado por la emblemática Dory, protagonista de nuestro #Cienciaalobestia.
Cazadas y perseguidas por su carne y espesa piel, las belugas son un anhelado objeto de deseo para decenas de acuarios del mundo. De los más de 230 ejemplares en cautividad, el 80% ha sido capturado en su hábitat natural, sobre todo en aguas rusas. Solo el Acuario de Vancouver (Canadá) prohíbe la adquisición de belugas salvajes. La reciente muerte de una de ellas en el SeaWorld de Orlando (EE UU) vuelve a centrar las miradas en las ballenas blancas.
Captura de ejemplares de beluga en el mar de Okhotsk (Rusia). El destino de estos cetáceos son los acuarios. / Evgeny Tagiltsev
Centro al este de Rusia (Nakhodka) en el que se retienen a las belugas de forma temporal antes de ser trasladadas a los acuarios. / Maxim Lanovoy
Captura de un palometón (Lichia amia). / Sciaena
La caza se ha considerado a lo largo de la historia como un recurso natural escaso. Por ello, un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y del Centro de Investigación Forestal ha realizado un estudio de este tipo de prácticas en los últimos 35 años que demuestra que, a pesar de que el número total de cazadores en España ha disminuido y los terrenos de libre acceso son menores, las piezas de caza mayor aumentan.
El censo de la población de tortugas bobas (Caretta caretta) realizado en la isla de Boavista de Cabo Verde ha permitido demostrar el descenso de la mortalidad de esta especie, en peligro de extinción. Los datos, recopilados desde 2007, se han publicado en Animal Conservation.
A pesar de la prohibición del gobierno de Madagascar, unas 16.000 tortugas en peligro de extinción son capturadas cada año por los habitantes de una única región de la isla. Así lo confirman investigadores de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y de la organización ecologista británica Blue Ventures que han realizado la primera evaluación directa de la explotación de las tortugas en la isla africana.