La península ibérica es una de las áreas mediterráneas donde más bosques se han reforestado en los últimos años. Para comprobar cómo se adaptan las aves a la reforestación, un equipo de científicos, con la colaboración del Museo nacional de Ciencias Naturales, ha estudiado la diversidad de pájaros en pinares reforestados o naturales. Los científicos demuestran que en los bosques naturales el número de especies es mayor y advierten del riesgo de homogeneizar el paisaje con pinares.
En la provincia de Almería se encuentran dos especies de pinos, los que están más al sur de Europa. Un equipo de la Universidad de Córdoba ha analizado su situación y relaciona su mortandad con el cambio climático y la reducción de la disponibilidad hídrica. Los científicos proponen reducir la espesura de la masa boscosa en zonas más áridas para evitar la desaparición de estos pinares.
Un índice, basado en la diversidad y abundancia de rasgos de las especies para responder ante amenazas, permite medir la capacidad de un bosque para hacer frente a perturbaciones naturales, ya sean incendios, sequías o derribos por viento. Al aplicarlo en los distintos tipos de bosques de la península ibérica, los científicos observaron que los bosques mixtos y los formados por especies no nativas resisten mejor que otras formaciones forestales.
Los modelos de conservación de la biodiversidad de los bosques tropicales dificultan el acceso de los indígenas a los recursos forestales como la caza y las plantas silvestres. Un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona, que vivió durante un año y medio con varias comunidades de Indonesia, la cuenca del Congo y la Amazonia boliviana, recomienda la implementación de políticas de conservación bioculturales que tengan en cuenta no solo la salud de los bosques, sino también el bienestar de las sociedades indígenas, su cultura y los cambios a los que están sometidos.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales, en colaboración con científicos de 29 instituciones europeas, han publicado un artículo en el que explican por qué los bosques europeos con diversidad de especies cumplen mejor sus funciones que los más homogéneos. Jack of all trades, o aprendiz de todo y maestro de nada, es el término que han acuñado y que explica por qué un bosque más diverso es multifuncional y capaz de suministrar muchos servicios al mismo tiempo.
La homogeneización de los árboles que se plantan provoca que los ecosistemas forestales no desarrollen todas sus funciones. Un equipo de científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid ha trabajado en 206 fragmentos de diferentes bosques en 16 ecosistemas europeos para demostrar la importancia de conservar el paisaje y la biodiversidad de los bosques.
Un estudio realizado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales y del Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals descubre que la cantidad de CO2 emitida por el suelo a través de su respiración se mantiene constante pese al decaimiento de un bosque afectado por sequía. El pino silvestre es la especie arbórea con un rango latitudinal de distribución mayor que abarca desde Siberia a la península ibérica. Su mortalidad en el área estudiada no repercute en las emisiones de CO2 del suelo forestal.
Un equipo de investigadores, que cuenta con la participación de la Universidad de Alcalá, ha analizado las diferentes reglas que siguen los árboles en los bosques para establecer la competencia entre unos y otros. Según el estudio publicado en Nature, existen tres criterios funcionales: la densidad de la madera del tronco de los árboles, la altura máxima que consiguen y la relación entre el peso y el grosor de las hojas, que sirven para medir la capacidad competitiva de unos árboles frente a otros.
Las poblaciones de aves o de mariposas que viven en hábitats abiertos se han visto perjudicadas por la pérdida sucesiva de prados o matorrales. En cambio, las que viven en áreas boscosas se han visto favorecidas. Estas variaciones se han relacionado con los cambios de paisaje que ha sufrido Cataluña y el conjunto del mediterráneo en las últimas décadas, según un nuevo estudio.
¿Cuántos árboles hay en la Tierra? La respuesta podría ser difícil de imaginar, sin embargo, un equipo de investigación de más de 15 países y liderado por EE UU ha estimado la cifra en tres billones de árboles. A pesar de esta aparente gran cantidad, el número total de árboles ha disminuido en un 46% desde el inicio de la civilización humana y la tasa de pérdida de masa forestal debido a la deforestación y la actividad humana es de 15.000 millones de árboles cada año.