La mayoría de machos de tortuga boba también vuelven –al igual que las hembras– cerca de las playas donde nacieron para reproducirse, según concluye un trabajo internacional en el que han participado investigadores de la Universidad de Barcelona. Este hecho supone un cambio de paradigma sobre la biología reproductora de la especie.
Proteger los lugares de nidificación esporádica de la tortuga boba en el Mediterráneo occidental puede ser crucial para la conservación de la especie en el futuro, según alerta un estudio de varios centros de investigación españoles. La especie, que hace largas migraciones a zonas de alimentación como el Mediterráneo occidental, tiene un comportamiento filopátrico, es decir, vuelve a las playas donde nació para poner los huevos.
Siempre se había pensado que la tortuga boba llegó al Mediterráneo desde América del Norte y el Caribe después de la última glaciación. Todo apunta, sin embargo, a que esta especie marina colonizó el Mediterráneo hace entre 20.000 y 200.000 años y, por tanto, antes del último máximo glacial, según revelan nuevos trabajos científicos en los que participan la Universidad de Barcelona.
Cría de tortuga boba (Caretta caretta).