El aumento de las temperaturas y la reducción del nivel de precipitaciones en los últimos 25 años en la Reserva Biológica de Doñana han ido acompañados de un progresivo retraso en la época de celo de los ciervos, la conocida como berrea. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por varios centros españoles.
Durante la berrea, en los ciervos macho aparece una mancha negra en su vientre como señal de apareamiento, que puede medir hasta 70 centímetros, y que se debe a la orina. Un equipo de científicos de la Universidad de Córdoba ha relacionado las diferencias químicas en la "barriga negra" de los ciervos con el nivel de competitividad de la población.