Desde hace años, la testosterona es la principal sospechosa del mayor número de casos de autismo en varones que en mujeres. Sin embargo, un nuevo estudio revela resultados contradictorios al no encontrar relación entre la hormona y el descenso en la empatía cognitiva, uno de los rasgos característicos del trastorno.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia y la red Cenit han creado T-ROOM, un sistema de realidad virtual e inteligencia artificial que facilita la detección precoz y personalizada del autismo. Esta herramienta reduce los tiempos de diagnóstico a una hora, cuando lo habitual supera las 15.
La start-up Aisoy Robotics desarrolla robots capaces de reconocer a la persona con la que interactúan y simular emociones. Su potencial en terapias para autismo fue constatado hace tres años por una enfermera de EE UU, madre de Juan. Ahora, preparan un estudio clínico en España para probar su eficacia en 50 hogares.
El cerebro no solo es capaz de terminar las frases de los demás. Un estudio del centro de investigación vasco BCBL ha demostrado por primera vez que además puede anticiparse a un estímulo auditivo y conocer cuáles son los fonemas y las palabras concretas que su interlocutor va a pronunciar.
La proteína CPEB4, que coordina la expresión de cientos de genes necesarios para la actividad neuronal, está alterada en el cerebro de los pacientes con autismo. Un defecto en esta proteína podría actuar de nexo entre los factores ambientales que alteran el desarrollo del cerebro y los genes que predisponen a este trastorno, según un estudio de investigadores del CSIC, CIBERNED e IRB Barcelona.
Las alteraciones del comportamiento que caracterizan a patologías aparentemente tan dispares como ansiedad, depresión, esquizofrenia, trastorno bipolar o del espectro autista pueden tener un mecanismo común: un exceso en la tasa de liberación del principal neurotransmisor excitador del sistema nervioso central, el glutamato. Así concluye una investigación publicada en Cell Reports.
Un nuevo estudio recopila datos sobre millones de variantes genéticas comunes en más de 800.000 personas que podrían ser indicadores de riesgo en 25 trastornos neurológicos y psiquiátricos, como esquizofrenia, autismo, trastorno bipolar, depresión severa, TDAH, migraña o alzhéimer. Se trata de la más extensa investigación sobre factores genéticos compartidos en patologías del cerebro. El trabajo, que cuenta con participación española, se publica en Science.
Investigadores españoles han participado en un estudio internacional que identifica diversas variantes genéticas relacionadas con el autismo. Dichas modificaciones perfilan un nuevo paisaje genético para el espectro autista. Los resultados se publican esta semana en Science.
Los niños con autismo muestran un funcionamiento sensorial atípico. Los estímulos táctiles u olfativos intensos pueden parecer como no percibidos o al contrario: un sonido o un olor sutil puede provocarles un fuerte malestar. Ahora, un estudio de investigadoras españolas ha desvelado que el modo en el que los niños con este trastrorno responden a estos estímulos contribuye al nivel de estrés de las madres.
La secuenciación completa del exoma ha permitido diagnosticar a un paciente con el síndrome FOXP1, una enfermedad ultrarrara caracterizada por rasgos autistas y dificultades en el lenguaje. Los resultados de esta investigación han sido publicados en Scientific Reports. Hay una veintena de pacientes de esta enfermedad descritos en todo el mundo, por lo que cada nuevo caso ayuda a delinearla mejor.