El dispositivo robótico ATLAS 2030, diseñado para ayudar a caminar a niños que sufren atrofia muscular espinal y parálisis cerebral, acaba de recibir el marcado CE de la Agencia del Medicamento y el Producto Sanitario. Este distintivo permitirá su distribución comercial internacional en hospitales y clínicas de rehabilitación.
Un nuevo estudio en ratones y células humanas muestra el efecto beneficioso de la inhibición de la calpaina en el tratamiento de la atrofia muscular espinal, la enfermedad genética letal más común en bebés. Afecta a uno de cada 6.000-10.000 neonatos y se caracteriza por la pérdida de motoneuronas espinales debido a la mutación del gen SMN.
Elena García Armada ha liderado el desarrollo del primer exoesqueleto pediátrico para ayudar a caminar a niños que sufren tetraplejia y atrofia muscular espinal. Esta investigadora en robótica del CSIC trabaja ahora para adaptar el dispositivo a otras enfermedades, como la parálisis cerebral. Para lograrlo necesita más financiación.
Cuando conoció a Daniela, una niña con una tetraplejia causada por un accidente de tráfico, Elena García Armada dio un giro a su carrera investigadora. Ingeniera Industrial en el Centro de Automática y Robótica (CSIC-UPM), Elena aparcó el diseño de robots orientados a la industria y centró su trabajo en la fabricación de dispositivos concebidos para facilitar la vida a determinados colectivos. Hoy esta investigadora dirige el equipo pionero en fabricar un exoesqueleto biónico que permita andar a niños sin movilidad en las piernas, aunque requiere financiación. Recientemente ha publicado el libro Robots. Al servicio del ser humano.