En el genoma, los genes que codifican por proteínas similares y que se regulan conjuntamente suelen encontrarse cerca. Pero también hay genes que no tienen esta particularidad y, aun así, se mantienen juntos en el genoma. Por qué se separan, o no, algunos genes, ligados ancestralmente en el genoma, es una incógnita que ahora tiene una nueva respuesta científica, según se desprende de un artículo publicado en la revista Genome Research.
Un grupo de científicos ha aclarado el mecanismo de supervivencia del virus de la hepatitis C. El parásito se aprovecha de la función de una pequeña molécula de ácido ribonucleico (ARN) del hígado humano y así consigue replicarse con éxito y prosperar. Este hecho explicaría la razón del éxito de un nuevo tratamiento antiviral contra el virus.
La maduración alternativa de los transcritos de ARN (differential splicing, en inglés) es un proceso que facilita la expresión diferencial de un mismo gen y la producción de diferentes proteínas, lo cual es clave en la diferenciación celular y en el origen de algunas enfermedades. Un equipo científico liderado por Jordi García-Fernández y Gemma Marfany, del Departamento de Genética y del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona (IBUB), ha descrito cómo se ha generado la red génica regulada por Nova, un factor de empalme (splicing) durante la evolución del sistema nervioso central de los mamíferos.
Un estudio internacional, con participación española, ha descrito el perfil genético de un grupo de enfermos seropositivos, que puede controlar la infección de forma natural y no desarrolla el sida. Este subgrupo, denominado "la élite de la élite", presenta un sistema inmunitario mucho menos activado que el del resto de pacientes y podría tener la llave del control natural de la infección.
Gracias a los nuevos avances tecnológicos en secuenciación genómica, sabemos que gran parte del genoma se transcribe de ADN a ARN.
Una investigación del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona y el Instituto Wistar de Philadelphia (EE UU) ha descubierto un nuevo mecanismo para el control de los genes humanos. El trabajo, publicado en la revista Cell, presenta un nuevo tipo de regulación de algunos procesos como la diferenciación celular y el desarrollo o la oncogénesis.
Un grupo de microRNAs contribuye a limitar la respuesta celular proliferativa evitando que las células entren en senescencia como consecuencia del estrés replicativo. Así lo indica un nuevo trabajo, publicado en la prestigiosa revista Molecular and Cellular Biology, realizadopor un grupo multidisciplinar en el que participan investigadores de ciatro instituciones españoles.
Representación simplificada del ciclo de vida del VIH.
Nuestra complejidad biológica como especie no viene determinada por el número de genes presentes en nuestro genoma -conjunto de genes-, sino por cómo se descifra la información contenida en ellos gracias a la labor desarrollada por genes reguladores. Estos genes –que expresan proteínas o ARNs– tienen la capacidad de controlar la expresión de otros genes, cuya activación/inactivación permite el establecimiento de los programas biológicos adecuados en función de las instrucciones del desarrollo o de las demandas ambientales. Los biólogos moleculares se enfrentan al desafío de identificar quienes son estos genes reguladores, cómo funcionan y entender los mecanismos moleculares a través de los que ejercen el control sobre otros genes.
El genoma contiene toda la información necesaria para construir y realizar las funciones de todo ser vivo (los genes). Estas instrucciones, contenidas en los cromosomas (ADN), se copian en moléculas mensajeras (ARN mensajeros) que, a su vez, se traducen produciendo los elementos funcionales de las células: las proteínas. Sin embargo, estas instrucciones no se leen todas a la vez, sino que cada grupo de genes debe expresarse en momentos precisos de la vida de un organismo o de cada célula de un organismo.