Al filtrar los datos de GTEx a través de un prisma los científicos han podido separar la información en función de cada tipo de tejido, cada uno con un color distinto y asignado, y analizar y comparar los datos desde esa posición privilegiada./ Leslie Gaffney
El Proyecto GTEx, que nació en 2010, creó una base de datos y un banco de tejidos para entender mejor la variación genómica y dar pistas sobre la predisposición a enfermedades. Ahora, los 130 científicos del consorcio presentan en varios artículos los primeros resultados sobre el modo de actuación de las variantes genómicas para controlar cómo, cuándo y cuántos genes se 'encienden' o 'apagan' en los diferentes tejidos u órganos.
Para conseguir un diagnóstico precoz y fiable del cáncer de mama, investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de otras instituciones han diseñado un biosensor magnético capaz de detectar las moléculas miR-21 y miR-205, relacionadas con la enfermedad. La herramienta, más rápida que los dispositivos actuales, se ha probado en tejidos tumorales reales y ha permitido identificar el cáncer de mama de peor pronóstico.
Un trabajo del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF), publicado esta semana en la revista PNAS, revela que la correcta metamorfosis de los insectos depende de un microARN, una cadena muy corta de ARN (ácido ribonucleico) llamada miR-2, de apenas 20 nucleótidos. Así lo han comprobado en la cucaracha Blattella germanica.
Un equipo de investigadores del CNIO ha recopilado hasta 29.000 quimeras biológicas procedentes de ocho especies, incluidas la humana, el ratón y la levadura. El catálogo es una fuente de información muy valiosa para el estudio del cáncer, y podría revelar nuevos marcadores y posibles dianas para la generación de nuevos fármacos oncológicos.
Un nuevo estudio revela que los ARNs teloméricos murinos tienen un origen casi exclusivo en el cromosoma 18, y no en todos los cromosomas según se intuía hasta la fecha. Estos datos permitirán estudiar la implicación de estas moléculas en la biología de los telómeros y en distintas enfermedades.
Científicos de la iniciativa europea Venomics han recogido muestras de 120 especies venenosas para analizar sus toxinas, con las que se podrán desarrollar nuevos medicamentos. Cuando finalice este proyecto sus promotores esperan obtener más 20.000 secuencias, lo que constituirá la mayor base de datos de secuencias de estas sustancias nocivas con potencial sanador.
El veneno del escorpión y otros animales puede transformarse en un fármaco. / Venomics Project
Investigadores de centros catalanes han demostrado que existe una segundo tipo de ARN no codificante, llamado ARN ultraconservado, que actúa como interruptor del interruptor, es decir, controla la actividad de los microARN y, por tanto, afectan a todas las funciones cerebrales. El hallazgo ha sido publicado en la revista Molecular Cell.
Científicos del Instituto de Investigación Scripps (EE UU) han diseñado una bacteria cuyo material genético incluye un par adicional de ‘letras’ o bases de ADN que no se encuentran en la naturaleza. El estudio se publica en la revista Nature.