Recreación de la estrella cuando empieza a ser absorbida por el agujero negro.
El satélite de la NASA Swift detectó el pasado 28 de marzo una inusual emisión de rayos gamma: Sw 1644+57. Ahora, dos equipos de científicos, algunos españoles, plantean en Science que esta explosión pudo tener su origen cuando un agujero negro gigantesco se ‘tragó’ a una estrella del tamaño del Sol.
Un estudio internacional, publicado en la revista Nature, revela que los rayos-X son la fuente de energía responsable del aumento del brillo observado en la supernova más cercana y brillante de la Vía Láctea, la SN 1987A, desde 2001.
El uso de productos químicos con gases contaminantes (clorofluorocarbonos) creó, a mediados del siglo XX, el conocido ‘agujero’ de la capa de ozono. Una investigación internacionaldemuestra por primera vez que este fenómeno juega un papel importante en el cambio climático, al menos en el hemisferio sur, y es responsable del incremento de las precipitaciones de los veranos tropicales.
Recreación de un agujero negro. Imagen: NASA/Dana Berry, SkyWorks Digital.
Los agujeros negros no se relacionan con los discos galácticos, los pseudobulbos o los halos de materia oscura.
En 1985 tres científicos británicos descubrieron que la capa protectora de ozono de la Tierra estaba disminuyendo de forma dramática en la Antártida, sobre todo en primavera. Sus resultados dieron la vuelta al mundo, los políticos empezaron a tomar medidas y lograron reducir el agujero de ozono. SINC habla con Jonathan Shanklin, uno de esos tres investigadores del Estudio Británico de la Antártida en Cambridge (Reino Unido), que esta semana ha publicado una tribuna en la revista Nature sobre la unión de esfuerzos en cuestiones medioambientales.