Entre el 30 y el 99 % del agua que cubrió el planeta rojo, que tuvo ríos y mares hace millones de años, quedó incorporada a los minerales de su corteza y no se evaporó. Así lo reflejan nuevos datos y simulaciones presentadas esta semana en la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria.
El orbitador TGO de la misión europea y rusa ExoMars ha encontrado por primera vez cloruro de hidrógeno en la atmósfera de Marte, generado con la ayuda del polvo que llega desde las costras saladas de su superficie. También ofrece información inédita sobre la pérdida de agua en el planeta rojo a partir de la relación entre las cantidades de hidrógeno y deuterio.
A lo largo del siglo XX se construyeron unas 58.700 grandes presas en todo el mundo, de las cuales 1.064 en nuestro país, con una vida útil de 50 a 100 años. Muchas de ellas superan ya su vigencia y podrían empezar a mostrar signos de deterioro, lo que requeriría reparaciones o desmantelamientos, según un informe de un instituto de Naciones Unidas.
La escasa agua que todavía conserva la atmósfera marciana no está confinada en su capa inferior como se pensaba, sino que asciende a la superior, donde se convierte en hidrógeno atómico que escapa al espacio, según los datos recogidos por la sonda MAVEN de la NASA. El fenómeno se hace más evidente durante el verano austral y las tormentas de polvo del planeta rojo.
Un equipo de científicos, liderado por españoles, ha hallado los mecanismos moleculares por los que la falta de agua conduce a la interrupción del crecimiento de las plantas. El estudio permitirá identificar factores propicios para la manipulación de este proceso en cultivos, obteniendo plantas más resistentes a las sequías.
Aunque ya se había detectado agua en lugares muy sombríos de la Luna, un Boeing 747 reconvertido en observatorio estratosférico de la NASA la ha descubierto en la superficie iluminada por el Sol. El hallazgo puede ser relevante para las futuras misiones tripuladas a nuestro satélite.
La ausencia de agua en el ambiente afecta más a la tolerancia térmica de las lagartijas que la falta de comida, según un estudio liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Los autores recalcan que los efectos de las sequías en la supervivencia de las especies terrestres frente a la crisis climática se han estudiado cinco veces menos que los del aumento de la temperatura.
La superficie marciana puede albergar más sustancias líquidas salinas de las que se pensaba, aunque sea de forma temporal. Sin embargo, sus propiedades y gélidas temperaturas las hacen inhóspitas para la vida, según un nuevo análisis del planeta rojo.
El 10 % de la contaminación global en el mundo procede de la industria de la moda, sobre todo por el auge de la ‘moda rápida’ que apuesta por una fabricación barata, un consumo frecuente y un uso de corta duración. Un grupo de científicos ha identificado los puntos críticos de la cadena de suministros y pide un cambio más sostenible del modelo de negocio.
Un estudio, liderado por españoles, muestra que el incremento de la aridez puede alterar la capacidad para albergar vida y limitar la provisión de servicios ecosistémicos fundamentales a más de 2.000 millones de personas residentes en estos entornos.