La enfermedad de Kennedy genera atrofia progresiva de los músculos, afecta solo a los hombres y se manifiesta entre los 40 y 50 años. No tiene ningún tratamiento específico. Las células musculares y las neuronas motoras se mueren con el paso de los años porque acumulan dentro una proteína que los afectados tienen mutada. Ahora investigadores del IRB Barcelona han descubierto que la proteína lleva incorporado un mecanismo que demora los efectos perniciosos de la mutación.
La agregación de beta amiloide, que se engancha con ella misma, está fuertemente relacionada con el origen del alzhéimer. Ahora, nuevos resultados rompen con el status quo sobre el número de unidades y la forma que adoptan los primeros agregados de esta proteína. El objetivo del trabajo es combatir la enfermedad interceptando con fármacos el proceso de agregación inicial.
Científicos del IRB Barcelona, en colaboración con investigadores de la Universidad de Barcelona, han observado que agrupaciones de entre 20 a 100 unidades de beta amiloide adoptan una cierta estructura que las hace nocivas para las neuronas. Los investigadores sostienen que se trata de un paso adelante para encontrar una diana terapéutica para el alzhéimer, una enfermedad, hoy por hoy, huérfana de medicamentos.