Hasta ahora se pensaba que el papel de la grasa marrón como agente protector contra la obesidad y las alteraciones metabólicas se debía únicamente a su capacidad de utilizar la glucosa y los lípidos para generar calor. Ahora, científicos españoles han concluido que su capacidad para actuar como productor de factores hormonales podría ser clave en la coordinación de la actividad metabólica de la grasa parda.
La FGF21, una hormona que reduce los niveles de glucosa, también tiene un efecto cardioprotector en ratones de laboratorio. Así concluye una nueva investigación, publicada en la edición digital de Nature Communications, que ha sido liderada por Francesc Villarroya, director del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona.
Científicos españoles han demostrado que la hormona FNDC5/IRISINA, una proteína secretada por el músculo que transforma la grasa blanca en parda, es también segregada por el tejido adiposo blanco. La grasa blanca sería la responsable de los niveles elevados de irisina en casos de obesidad, en los que podría existir una resistencia a esta proteína.
Un equipo internacional de científicos, con participación de la Universidad de Barcelona (UB), confirma que la proteína morfogenética ósea 8B (BMP8B) desempeña un papel clave en la regulación de la termogénesis en el tejido adiposo marrón. Así lo demuestra un trabajo científico publicado en la revista Cell.
En la imagen, tejido adiposo blanco. Foto: Wikipedia.
La bióloga Aline Jelenkovic ha analizado hasta qué punto influyen la genética y el ambiente en la morfología corporal. Para ello, ha estudiado a familias nucleares del Gran Bilbao, con hijos de entre 2 y 19 años de edad. En su tesis corrobora que el factor ambiental influye considerablemente en la cantidad de tejido adiposo (tejido compuesto por células acumuladoras de grasa), y que éste se relaciona, a su vez, con la presión arterial. Su control parece, pues, clave para luchar contra la obesidad.
El FGF21, una hormona que reduce los niveles de glucosa, es también un activador del metabolismo del tejido adiposo marrón, según la investigación que es portada del último número de la revista Cell Metabolism, y que dirige Francesc Villarroya del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Barcelona (UB) y del CIBER Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición.