Este tipo de violencia implica conductas dirigidas a mujeres por parte de uno o varios hombres desconocidos sin intención comunicativa. Tienen cariz sexual y su intención es la de degradar. Un estudio de la Universidad de Córdoba revela que el 98 % de mujeres encuestadas ha sufrido este tipo acoso en algún momento a lo largo de su vida.
Uno de cada tres científicos que han participado en una encuesta llevada a cabo por el equipo de redacción de la revista han sufrido intimidación por hablar sobre la pandemia. La mayoría de ellos recibieron dicho acoso a través de Twitter o por correo electrónico.
La periodista de ciencia muestra en su libro cómo el sector académico, con estructuras muy jerarquizadas, no es ajeno a los problemas de acoso que afectan a otros entornos laborales. Las víctimas suelen ser mujeres en situaciones de precariedad laboral, en la que su continuidad depende de su jefe.
Decenas de investigadores cuentan a Nature que han recibido amenazas de muerte o de violencia física o sexual por opinar sobre la pandemia en medios de comunicación.
La pandemia ha tenido un impacto negativo en el bienestar, autonomía y salud de las mujeres expuestas a la violencia de género, y también en aquellos menores que conviven con ellas. La catedrática de la Universidad de Alicante y experta en este problema social explica la necesidad de afrontar las posibles futuras crisis de forma más eficiente para mantener la atención a las víctimas.
Abusos, comportamientos sexistas, discriminación o comentarios de menosprecio perjudican la carrera de las investigadoras y hacen que muchas abandonen. El problema no es nuevo. Sin embargo, en los últimos años, las denuncias de acoso sexual de científicas y académicas se están tomando en serio.
En un videojuego, lo más habitual es transformar al usuario en el héroe de una misión que resolverá con éxito. Este no es el caso de Conectado, un videojuego desarrollado por científicos de la Universidad Complutense de Madrid. El objetivo es generar empatía con el acoso y el ciberacoso escolar convirtiendo al jugador en una víctima que experimenta las mismas situaciones de rechazo que miles de adolescentes en el entorno real.
Bajo el hashtag #Cuéntalo, cerca de 790.000 mujeres compartieron sus historias de agresiones sexuales en Twitter a mediados de año. Ahora, el investigador del Centro de Supercomputación de Barcelona Fernando Cucchietti y su equipo de analistas de datos han clasificado los casi tres millones de 'tuits' para crear una memoria colectiva sobre el dolor y el miedo.
Investigadores de la Universidad de Almería han desarrollado un juego de realidad aumentada para detectar casos de violencia escolar. Los estudiantes interactúan entre ellos mediante tareas que realizan con un dispositivo móvil y, a partir del análisis de esas dinámicas, los expertos obtienen un esquema visual con el que pueden identificar posibles situaciones de acoso.
Hace pocas semanas Donald Trump calificaba de “poco atractivas y horribles” a las mujeres que lo acusaban de acoso sexual. Las declaraciones del polémico líder político están en consonancia con los resultados de una investigación de la Universidad de Granada. Sus resultados ponen en evidencia ciertos mitos sobre el acoso sexual. Por ejemplo, muchas personas siguen considerando que estas agresiones se relacionan con la belleza física de la víctima.