La vacuna contra el virus del papiloma humano no ha conseguido los niveles de adhesión de otras incluidas en el calendario de vacunación. Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid y el Hospital 12 de Octubre revela que el 57,3% de profesionales de atención primaria encuestados no sabía contra qué agentes infecciosos actuaba. Además, el 80% de ellos no conocía las edades recomendadas de prescripción y el 41,8% no se la recomendaría a sus familiares.
La utilización de nanopartículas en tratamientos como vehículo para transportar fármacos está cada vez más extendida, especialmente, en enfermedades como el cáncer. Investigadores de la Universidad de Salamanca han analizado ahora los últimos estudios sobre su aplicación en enfermedades infecciosas, destacando su utilidad tanto en tratamientos como en diagnósticos, aunque apenas hay medicamentos comercializados. Un aspecto clave es que pueden ayudar a resolver el problema de las resistencias de virus y bacterias.
La Organización Mundial de la Salud ha declarado la actual epidemia por el virus del Zika como “emergencia de salud pública de importancia internacional” debido, fundamentalmente, al conglomerado de casos de microcefalia y otros trastornos neurológicos notificados, en gran medida, en Brasil. En el caso de las embarazadas infectadas, se requiere un control ginecológico y obstétrico adecuado para determinar la aparición de posibles malformaciones en el feto. En este contexto, la necesidad de inversión en investigación en agentes infecciosos emergentes es apremiante.
La expansión del virus del Zika y su posible relación con el inusitado brote de casos de microcefalia en recién nacidos ha llevado a la Organización Mundial de la Salud a declarar un estado de emergencia internacional. Esteban Domingo (Barcelona, 1943), miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas y expresidente de la Sociedad Española de Virología, habla con Sinc sobre este patógeno ya presente en 23 países de Latinoamérica.
Un nuevo estudio publicado en la revista Nature desafía las creencias anteriores sobre el estado latente del VIH y aporta información que podría llevar a nuevos tratamientos contra el virus. El primer autor del trabajo, Ramón Lorenzo-Redondo, es un investigador español que trabaja en la Universidad Northwestern en Chicago.