Investigadores de la Universidad de Jaén han confirmado que compuestos derivados de los restos del cultivo del olivo y de la producción de aceite se podrían utilizar como complementos en la dieta. En concreto, para fabricar sustancias que mejoran la acción de las bacterias intestinales implicadas en la digestión.
Investigadores de la Universidad de Jaén han comprobado que una bacteria del género Klebsiella se puede usar para eliminar metales pesados, como la plata, de las aguas residuales. Además, durante el proceso genera cloruruo de plata, un agente antimicrobiano que también es muy demandado por la industria biotecnológica por sus propiedades ópticas.
Investigadores de la Universidad del País Vasco han analizado los beachrocks, formaciones de arena cementada en las que quedaron atrapados residuos de las actividades metalúrgicas. Estas peculiares rocas atestiguan el impacto del desarrollo industrial y su influencia en el entorno costero.
La combinación en las aguas de los ríos de antibióticos, estimulantes, analgésicos y drogas psiquiátricas tiene un efecto biológico difícil de medir. Ahora, un equipo internacional liderado desde Madrid ha evaluado con precisión su impacto ambiental. Al contrario de lo que se pensaba, los microorganismos sufren los efectos de estas mezclas incluso en concentraciones muy bajas.
La biomasa residual que generan las plantaciones de plátano podrían producir la energía necesaria para cubrir el 55% de la demanda eléctrica de una provincia de Ecuador y el 10% de la demanda de bioetanol de todo el país. Así lo señalan investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid tras estimar el potencial de los residuos del plátano para su aprovechamiento como biocombustible.
La Sierra Minera de Cartagena-La Unión (Murcia), inoperativa desde 1990, presenta niveles elevados de toxicidad fruto de los elementos potencialmente tóxicos contenidos en sus residuos. Un estudio en el que participa la Universidad Complutense de Madrid revela concentraciones de arsénico, cadmio y plomo en muestras de suelos y agua que son perjudiciales para la salud humana.
El centro tecnológico Ainia ha desarrollado un prototipo de envase bioplástico a partir de los azúcares que contienen las aguas residuales de la industria de zumos. El 60% de este envase se degrada en nueve semanas, según los ensayos.
Investigadores de la Universidad de Sevilla y el Centro Nacional de Aceleradores han puesto a punto una metodología para aplicar la espectrometría gamma, una técnica que permite determinar varios radionúclidos a la vez, en las denominadas industrias NORM. Los materiales de estas industrias, como la del fosfato o del petróleo, se caracterizan por tener productos radiactivos naturales.
Investigadores de la Universidad Pública de Navarra han fabricado sensores de gases y temperatura, utilizando fibras ópticas de cristal fotónico, para soportar las altas temperaturas que generan las pilas de carbón en combustión. Con ellos se puede monitorizar este tipo de residuos procedentes de la extracción minera y minimizar los problemas medioambientales asociados.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad de Oviedo han fabricado nuevos materiales compuestos a partir de residuos de plásticos agrarios e industriales. España es el país europeo que dedica una mayor superficie a invernaderos, donde se genera gran cantidad de estos residuos plásticos.