Entre los avances más importantes de este año de pandemia se encuentran desde la esperanza que han traído las vacunas contra la covid-19, hasta las voces que demandan y aplauden la diversidad racial en la academia, pasando por la inteligencia de las aves y la pintura figurativa más antigua del mundo.
El programa de inteligencia artificial AlphaFold de Google ha provocado un terremoto en la ciencia al dar soluciones correctas a un problema legendario: predecir la estructura proteica conociendo solo su secuencia de piezas químicas. Los investigadores del área, asombrados, hablan de implicaciones “revolucionarias” para la biomedicina y la creación de fármacos. Pero ¿está realmente resuelto?
Durante una estancia de investigación en la Cordillera Central de Colombia, inaccesible hasta el final del conflicto armado en 2016, una estudiante alemana de doctorado halló a 3.500 metros de altitud una araña hasta ahora desconocida, protagonista del #Cienciaalobestia. La denominó Ocrepeira klamt, en honor a su profesora de instituto por el entusiasmo e interés que muestra a sus alumnos.
Las plantas pueden adoptar distintas morfologías según el entorno con el que se encuentren. Un equipo internacional de científicos ha identificado un nuevo mecanismo celular que regula a las proteínas DELLA, que controlan el crecimiento de las plantas en función de su entorno.
Un equipo del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC emplea solo un componente viral, la proteína S, y no el virus SARS-CoV-2 completo como estrategia para llegar a una vacuna. Estas investigaciones se basan en años de experiencia en el desarrollo de vacunas frente a enfermedades como el VIH, el ébola, el zika o el chikungunya.
Un equipo de investigadores del MIT ha desarrollado un sistema para convertir las estructuras moleculares de las proteínas en sonidos que se asemejan a pasajes musicales mediante inteligencia artificial. Luego, invirtiendo el proceso, ha introducido algunas variaciones en la música y la ha tranformado de nuevo en proteínas nunca antes vistas en la naturaleza.
Un nuevo estudio muestra que si inactivamos dos proteínas llamadas TAK1 y TGFBR1, que participan en la señalización celular del tejido normal asociado a los tumores, las células tumorales son más sensibles a la quimioterapia y se reduce la capacidad de metástasis de los tumores. El descubrimiento se basa en afectar el tejido asociado en vez de atacar directamente el cáncer.
Dos nuevos estudios confirman que la detección de un grupo de proteínas orienta un tratamiento más personalizado en los pacientes con cáncer de pulmón, el tipo de tumor más frecuente en el mundo. El objetivo es evitar la recaída.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han conseguido disminuir las emisiones de metano y amoniaco que generan los rumiantes. El secreto está en la dieta, cuyo contenido proteico se puede tratar con ácidos y calor para reducir su degradación en el rumen y la emisión de gases.