Ni el aumento de las temperaturas ni los cambios en la extensión del hielo marino. Fueron las grandes erupciones volcánicas, ocurridas en los últimos 7.000 años y que llegaron a cubrir hasta un metro de ceniza el hábitat de los pingüinos papúa, las responsables de la casi extinción de estos animales que tardaron varios siglos en recuperarse. El nuevo estudio permitirá predecir los cambios futuros en otras poblaciones de pingüinos.
La historia evolutiva de los pingüinos papúa, Pygoscelis papua, es la de una especie que apareció en la Antártida hace 3,7 millones de años, en concreto en el archipiélago de Crozet, situado al sur del océano Índico. Esta investigación confirma que la expansión de las colonias de pingüinos se produjo siguiendo la corriente Antártica.
Un equipo de científicos ha detectado por primera vez el parásito sanguíneo Babesia en colonias de pingüinos de la Isla Decepción en la Antártida. Este parásito lo transmite una especie de garrapata y su presencia puede ser un indicador de los efectos del cambio climático en esta zona.
Se enfrentan a temperaturas bajo cero, alimentan a reptiles que pueden alcanzar la media tonelada de peso y se ganan la confianza de especies huidizas. Los cuidadores de fauna salvaje dedican su día al bienestar de animales nacidos en cautividad, pero manteniendo las distancias. Sinc les acompaña en uno de los momentos en los que humano y animal más interactúan: la comida.
El pingüino enano australiano (Eudyptula minor), también conocido como pingüino azul, es la especie más pequeña de estas aves del mundo. El patrón de cría de estos animales, que habitan en las costas de Nueva Zelanda y la zona sur de Australia y Tasmania, ha sido estudiados por un equipo internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Los investigadores han descubierto cómo influyen las dinámicas de las corrientes marinas en el patrón de reproducción de estos pingüinos.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y del Reino Unido ha conseguido estimar la cantidad de amoniaco que libera a la atmósfera una colonia de casi 40.000 pingüinos y su efecto en ecosistemas cercanos. En concreto, 43 kg al día, una cantidad similar a la que emiten medio millón de pollos en una granja.
El seguimiento de 3.500 crías de pingüino de Magallanes entre 1983 y 2010 en Punta Tombo (Argentina) ha demostrado que cada año el 7% murió por hipotermia al empaparse por causa de las lluvias. Las tormentas son cada vez más frecuentes e intensas en esta región.
Andrés Barbosa es un investigador científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas que ha estudiado la relación entre la ecología, la morfología y la fisiología de las aves en distintos tipos de hábitats. Ha participado en 8 campañas antárticas y una en el Ártico, y lidera el proyecto PINGUCLIM que tiene como objetivo principal el estudio de los efectos del cambio climático sobre la fisiología de los pingüinos antárticos.
Pingüinos en las costas de la Antártida.