Un estudio internacional, publicado hoy en Nature, demuestra que la duración de la estación calurosa ha descendido en los últimos 12.000 años. La razón: la cantidad de radiación solar durante la primavera ha disminuido. Esta investigación reúne por primera vez datos climáticos de la superficie marina de la Península Antártica, que ayudarán a saber cómo las capas de hielos responden al calentamiento global.