La vuelta gradual a la nueva normalidad supone más contacto con el exterior, sobre todo con familiares y amigos. Pero el riesgo de rebrotes sigue en el aire. Los expertos advierten sobre las actividades sociales con mayor riesgo y piden evitar espacios cerrados con mucha gente, mantener la distancia física y llevar mascarillas.
La organización Mundial de la Salud ha indicado que treinta países y múltiples asociaciones e instituciones internacionales se han unido para para apoyar al Fondo de Acceso a la Tecnología COVID-19.
El uso de guantes, máscaras, batas, y otros equipos de protección individual ante el SARS-CoV-2, además de envases, mamparas y bolsas se ha disparado, y con ellos la fabricación de plástico. Ante el miedo al contagio, este material de usar y tirar, que a partir de 2021 iba a sufrir mayores restricciones de uso en muchos países, resurge para protegernos, pero pone en riesgo la salud del medio ambiente.
Un estudio internacional con datos de más de 900 pacientes de hospitales de España, Canadá y Estados Unidos indica que la tasa de letalidad de enfermos de cáncer que también padecen coronavirus es del 13 %. Este dato es justo el doble que la establecida para pacientes que solo están infectados por el SARS-COV-2, que es del 6,5 % de acuerdo con los datos de la Universidad Johns Hopkins.
Un cribado computacional realizado por investigadores de la Universidad Rovira i Virgili entre más de 6.000 fármacos ha dado con siete que pueden inhibir la proteasa principal del coronavirus, esencial para su replicación. Dos antiinflamatorios de uso humano y veterinario, el celecoxib y el carprofen, ya se han probado in vitro como punto de partida para diseñar derivados más eficaces contra la COVID-19.
Un equipo del Instituto de Biotecnología de Pekín y de la firma china Cansino Biologics ha anunciado resultados prometedores en la fase 1 de su vacuna con 108 adultos sanos, tras 28 días de ensayos. Según los autores, la nueva vacuna es segura, bien tolerada y capaz de generar anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en humanos. Los resultados finales serán evaluados en seis meses.
Un gran estudio observacional con más de 90.000 pacientes en 671 hospitales del mundo concluye que la cloroquina y la hidroxicloroquina, que el presidente estadounidense Donald Trump dice estar tomando para prevenir la COVID-19, no solo no mejora la condición de los enfermos, sino que causa problemas cardiacos y aumenta el riesgo de muerte. Los resultados se han publicado en la revista The Lancet.
La carga del virus que causa la COVID-19 se puede inactivar en superficies y lugares cerrados si están a 56 ˚C durante 52 minutos, o bien 7 minutos y medio a 65 ˚C. Así lo recoge un estudio del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias, que propone la desinfección térmica como una alternativa a la química para esterilizar vehículos y otros medios de transporte.
El SARS-CoV-2 nos ha obligado a distanciarnos. Según una revisión de estudios realizados en animales, desde monos hasta ratones, la ausencia prolongada de interacción social puede no solo perjudicar la salud mental, sino también aumentar el riesgo de mortalidad.
Las medidas de confinamiento puestas en marcha por gobiernos de todo el mundo han tenido un efecto global positivo: una reducción de 17 millones de toneladas de CO2 diarias respecto a las 100 que emitíamos el año pasado. Así lo recoge un estudio internacional publicado en la revista Nature Climate Change.