La Organización Mundial de la Salud ha indicado que aditivos como el aspartamo, la sacarina o la estevia no son efectivos en la reducción de la grasa corporal a largo plazo. Además pueden tener efectos indeseados si se usan por mucho tiempo, como el aumento del riesgo de diabetes de tipo 2, de enfermedades cardiovasculares y de mortalidad en adultos.
Un equipo de investigación británico ha demostrado que este aditivo alimentario, consumido en altas dosis, reduce la eficacia de respuesta en las células T, que ayudan al cuerpo a protegerse de infecciones y combatir el cáncer. Los resultados de este estudio no indican efectos nocivos de este endulzante en humanos.
El tipo de azúcar que se consume –y no solo la cantidad ingerida– puede determinar el riesgo de padecer enfermedades metabólicas y vasculares, según un estudio realizado en animales de laboratorio y dirigido por la Universidad de Barcelona. El trabajo concluye que consumir fructosa tiene efectos más perjudiciales en el metabolismo y el sistema vascular de roedores en comparación con la glucosa.
Los polialcoholes se usan en muchos productos alimenticios, especialmente en chicles y caramelos, porque endulzan previniendo la formación de caries. Ahora investigadores del instituto ICIQ en Tarragona, junto al ETH de Suiza, han diseñado un nuevo proceso para obtener edulcorantes como el manitol y el ribitol a partir de sustratos baratos, renovables y fácilmente accesibles.