Un estudio, publicado en la revista Geoarchaeology, sugiere que las acumulaciones de herramientas líticas encontradas en los yacimientos plio-pleistocenos de la Garganta de Olduvai, en Tanzania, muestran indicios de haber sido arrastradas y concentradas por corrientes de agua. Esto implica que no habrían sido generadas in situ por la actividad humana.
Una reconstrucción en 3D del cráneo de Homo habilis hallado en Olduvai en los años 60 indica que esta especie es más antigua de lo que se creía. Según un trabajo publicado en Nature, pudo originarse hace 2,3 millones de años en lugar de 1,8 millones. Otro estudio en Science va más allá y adelanta la aparición del género Homo a hace 2,8 millones de años,según los restos fósiles encontrados en Etiopía de una especie sin catalogar. Este sería el humano más antiguo conocido.
Louis Leakey con cráneos de la Garganta de Olduvai. / Fotopimagenes.
El investigador Manuel Santonja del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana lidera un trabajo en el que se propone una nueva interpretación estratigráfica, arqueológica y paleoambiental del yacimiento tanzano de Thiongo Korongo situado en la Garganta de Olduvai (Tanzania).
El equipo del Instituto de Evolución en África que está excavando en la Garganta de Olduvai (Tanzania) ha descubierto los restos fósiles de un niño que vivió en este lugar hace 1,5 millones de años. Este individuo presenta una patología en sus huesos que se relaciona con la anemia, lo que apoya la hipótesis de que los ancestros humanos de cronologías muy antiguas ya dependían del consumo de carne para su supervivencia.
El mejor plan estival para algunos es excavar en busca de pistas sobre el origen del compartamiento humano. Al menos, para los investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, que participan un año más en un proyecto español en los yacimientos tanzanos de la Garganta de Olduvai
Un trabajo recién publicado en el Journal of Human Evolution analiza los patrones de orientación en los yacimientos tanzanos de Olduvai, con técnicas SIG, para demostrar que los hallazgos allí encontrados no son acumulaciones producidas por la acción de los homínidos o por otros animales, sino efecto de agentes geológicos. Por tanto, los estudios espaciales de estas concentraciones no son indicadores del comportamiento humano, como venía afirmando gran parte de la comunidad científica.
Garganta de Olduvai en la zona del Ngorongoro, uno de los yacimientos paleontológicos y arqueológicos prehistóricos más destacados del mundo, también denominada la "cuna de la humanidad".
Un equipo de investigación liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha encontrado evidencias de que los primeros homínidos del género Homo eran capaces de conseguir carne de animales de más de una tonelada de peso. El hallazgo puede tener importantes implicaciones en relación a la inteligencia de nuestros antecesores.