Una investigación del Instituto de Neurociencias de Castilla y León de la Universidad de Salamanca descubre la influencia de la proteína Bex3 sobre un receptor de neurotrofinas. Las neurotrofinas son fundamentales para la supervivencia y diferenciación de las neuronas. Por eso, la proteína estudiada revela su importancia en el desarrollo del sistema nervioso.
Científicos del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL) han dado un paso importante para modular el dolor. Un trabajo con roedores modificados genéticamente confirma la implicación de ciertas proteínas en la sensibilidad y abre la puerta a tratamientos frente al dolor crónico.
La sustancia P es una molécula del sistema nervioso que favorece la proliferación de las células tumorales. Investigadores del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) de la Universidad de Salamanca han comprobado que utilizando sustancias antagonistas, que se unen a los receptores de la sustancia P en las células tumorales y los bloquean, se logra inducir la muerte de dichas células tumorales y, por lo tanto, evitar la progresión del cáncer. Por el momento, el método se ha probado en roedores.
Científicos del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) publicarán en el número de abril de la revista científica Traffic una investigación que aporta nuevas claves sobre la sensibilidad al dolor. En concreto, el equipo ha estudiado el papel de unas proteínas denominadas neurotrofinas que favorecen la supervivencia de las neuronas, aportando importantes detalles sobre cómo se relacionan con las células y, en particular, con neuronas que detectan el dolor.
Científicos del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) han iniciado una investigación para determinar la posible influencia del ácido oleico en un modelo de síndrome de Down. El estudio, financiado por la Fundación Ramón Areces para los próximos tres años, parte de la idea de que el ácido oleico promueve la diferenciación de las neuronas, lo que puede repercutir en el desarrollo cerebral.
El Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid cuenta con uno de los tres equipos de magnetoencefalografía (técnica de neuroimagen que mide la actividad cerebral) que hay en España. Fernando Maestú Unturbe, uno de los expertos que lo maneja, ha visitado hoy el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) para establecer colaboraciones con los científicos de Salamanca y avanzar en el diagnóstico de las enfermedades neurodegenerativas.
David Williams, científico del Jules Stein Eye Institute, de la Universidad de California (EE UU), se encuentra en Salamanca desarrollar, con un grupo del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl), una terapia génica que trate el síndrome de Usher, una patología genética que afecta al oído y a la visión.
Victoria Bajo, investigadora del Departamento de Fisiología, Anatomía y Genética de la Universidad de Oxford, ha visitado el Instituto de Neurociencas de Castilla y Léon (Incyl) para explicar el trabajo que desarrolla en el Reino Unido acerca de la percepción de la audición. Tras realizar su tesis doctoral bajo la dirección de Miguel Ángel Merchán, actual director del Incyl, la científica se centra en la ahora en estudiar en hurones de qué forma la corteza cerebral es capaz de procesar la información auditiva que le llega, algo que puede tener muchas aplicaciones, por ejemplo, en la mejora de la atención en humanos.
Un grupo del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) está probando la eficacia de un nuevo fármaco contra la esclerosis múltiple denominado GEMSP. Este compuesto, creado por el laboratorio francés Emacbio, es objeto de ensayo en ratas Lewis por parte de los científicos de Salamanca, que recientemente han publicado sus últimos resultados de investigación en la revista International Journal of Biological Sciences.
Los astrocitos, células que comparten con las neuronas el sistema nervioso central, poseen más capacidades que la tradicional atribución de mantenimiento del cerebro. En concreto, tienen un papel regulador en la transmisión de información de las neuronas y cómo éstas la almacenan. Alfonso Araque, investigador del Instituto Cajal (CSIC) ha presentado en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León, en Salamanca, su trabajo de más de diez años. Una investigación que define estas dos nuevas funciones del tipo de célula más común del cerebro.