Conocidas como hormigas del azúcar en Australia, estos insectos, protagonistas del #Cienciaalobestia, prefieren en realidad la orina seca de los canguros y otros animales que encuentran en la arena. Un estudio muestra cómo durante la noche extraen moléculas de nitrógeno de la urea, evitando la formación del perjudicial gas de efecto invernadero, el óxido nitroso.
Desde hace 60 millones de años, un tipo de hormigas, de la tribu de los atinos, cultiva hongos, de los que luego se alimentan. Los científicos se centran en entender ahora cómo estos insectos, protagonistas de #Cienciaalobestia, emplean agentes antimicrobianos producidos por ciertas bacterias para proteger sus cultivos de otros hongos parásitos.
Los científicos creen que miles de especies están aún por descubrirse en Hong Kong. En esta región, que comprende una de las ciudades más pobladas de China, han aparecido 13 nuevas especies de hormigas, protagonistas de #Cienciaalobestia. Tres de ellas son totalmente nuevas para la ciencia. Las otras diez nunca se habían visto antes en la zona.
Las hormigas tienen mal sabor y pueden atacar al depredador, por eso no suelen estar en su menú. Muchos insectos y arácnidos intentan parecerse a ellas para evitar ser comidos, como es el caso de Synemosyna formica. Esta araña saltarina imita tan bien a las hormigas que tiene que arriesgar su tapadera para que sus potenciales parejas reconozcan su verdadera identidad. Son protagonistas del #Cienciaalobestia.
La actividad de las hormigas provoca cambios que pueden modificar la composición de los suelos, y por tanto influir en los resultados de estudios paleoambientales y paleoclimáticos, ya que también transportan restos de fósiles. Esta es una de las conclusiones de un trabajo realizado por varios grupos españoles en el yacimiento de Somosaguas en Madrid. Los científicos han determinado además los materiales que prefieren las hormigas para construir sus galerías.
ADRIÁN GARCÍA CANDEL / IFISC (UIB-CSIC)
Termitas, abejas y hormigas viven en sociedades organizadas en las que conviven diferentes generaciones de individuos que se cuidan los unos a los otros. Un nuevo trabajo revela ahora las claves de la evolución genética de las termitas para desarrollar un estilo de vida colectiva similar al de las hormigas, teniendo en cuenta que sus orígenes fueron diferentes.
Los ejemplares adultos de las hormigas Lasius neglectus protegen a su comunidad de los hongos cuidando a sus crías para que no se contagien. Pero si ya se han infectado y no tienen opciones de supervivencia, sus mayores lo huelen y responden con una desinfección destructiva: aniquilan a las víctimas. Son las protagonistas de #Cienciaalobestia.
En todas las comunidades animales, varias especies del mismo grupo comparten hábitat. Un equipo internacional de científicos, entre ellos, de la Universidad de Girona, ha elegido a las hormigas para crear la mayor base de datos de acceso público sobre la convivencia de estos insectos. Con ella quieren entender sus trucos de coexistencia y cómo reaccionan ante las especies invasoras y el cambio climático.
Un saltamontes con forma de hoja que se mimetiza con el entorno, una araña cuyo cuerpo recuerda al sombrero de un mago, ciempiés que corren bajo el fondo del mar como si lo hiciesen en tierra firme, plantas que ‘sangran’ y orquídeas que parecen la cabeza de un diablo. Todas forman parte del Top Ten de nuevas especies descubiertas en 2016 elaborado, como cada año desde hace una década, por el International Institute of Species Exploration con la intención de concienciar sobre la importancia que tiene conocer y clasificar la biodiversidad.