Un equipo de científicos del CSIC y la Universidad Rovira i Virgili han diseñado un nuevo biosensor que supera los métodos actuales en simplicidad y rendimiento a la hora de identificar microorganismos. El equipo ha empleado un derivado químico del grafeno como base de este nuevo desarrollo.
Investigadores de las universidades Jaume I de Castellón y la británica de Oxford han desarrollado un dispositivo fotovoltaico que se fabrica a bajas temperaturas y presenta alta eficiencia. Su colector de carga está formado de óxido de titanio y grafeno, y para absorber la luz solar se utiliza perovskita.
Los seres humanos hemos desarrollado “un montón de herramientas biológicas, físicas y químicas que permiten manipular los objetos a escala atómica y molecular", explica Pedro Serena, físico del Instituto de Ciencia de los Materiales del CSIC. Desde su posición de investigador mantiene un compromiso con la divulgación de la ciencia que se materializa en libros como La nanotecnología (CSIC-Catarata), charlas y actividades para cautivar con el método científico.
El grupo energético Repsol y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) han anunciado una inversión conjunta de un millón de euros en Graphenea. Esta start-up española ha desarrollado una innovadora tecnología para la producción de grafeno de alta calidad cuyos productos suministra a 40 países y a varias multinacionales.
Considerado uno de los grandes expertos en grafeno, Francisco Guinea, investigador del Instituto de Ciencias de Materiales del CSIC, piensa que hay “razones objetivas” para la expectación que ha levantado este nuevo material. Es tan versátil que podría tener aplicaciones en electrónica, aeronáutica e incluso medicina. “En países como China y Corea del Sur ya hay prototipos de tabletas flexibles que podrían comercializarse a corto plazo”, explica. El potencial del grafeno es tal que la Unión Europea ha financiado con 1.000 millones el proyecto Flagship Graphene, en cuyo consejo asesor está Guinea.
Mono-láminas de óxido de grafeno observadas mediante microscopia de transmisión electrónica (TEM). Foto: INCAR-CSIC.
El Grupo de Materiales Compuestos del INCAR-CSIC ha conseguido optimizar la síntesis de grafeno por vía química a partir del grafito. Los investigadores han obtenido un mayor grado de perfección que el logrado hasta ahora con dicha tecnología, una forma de producción especialmente adecuada para su uso industrial.
lnvestigadores del Instituto Nacional del Carbón (CSIC) han desarrollado una tecnología para obtener grafeno a partir de coque, un producto derivado del carbón y el petróleo. La técnica, que evita el uso del grafito como material precursor y abarata los costes, ya ha sido patentada.
Láminas de grafeno obtenidas mediante reducción térmica orientadas al azar. Imagen de microscopia electrónica de barrido cedida por el INCAR-CSIC.