Nuevas pruebas en células madre embrionarias demuestran que todos los genes de los mamíferos pueden tener una capa de elementos de control que actúa esencialmente como el botón de pausa de un reproductor de DVD. Los resultados demuestran que este fenómeno de pausa, que al principio se pensó que era una peculiaridad de determinados genes, es en realidad una característica mucho más general del genoma.
Investigadores del Duke Institute for Genome Sciences & Policy (IGSP, por sus siglas en inglés) señalan en varios estudios que las licencias exclusivas para patentar genes bloquean la competencia en el mercado de los análisis genéticos. Sus objetivos deberían fomentar el desarrollo de nuevas tecnologías para medir el riesgo de sufrir enfermedades.
Investigadores españoles han desvelado la función que dos genes relacionados con la esquizofrenia, Nrg1 y ErbB4, cumplen en la corteza cerebral. El hallazgo, publicado en la revista Nature, permitirá conocer más sobre las causas de esta enfermedad y buscar fármacos más efectivos para combatirla. Estos genes son esenciales para establecer las conexiones inhibidoras entre las neuronas de la corteza.
La dieta y el ejercicio aeróbico son muy efectivos para el tratamiento de la diabetes de tipo 2, pero no funciona en personas obesas que han desarrollado la enfermedad de muy jóvenes. Un estudio del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) y el Trinity College de Dublín demuestra que los jóvenes obesos diabéticos de entre 18 y 25 años tienen proteínas y genes mitocondriales que funcionan de manera anormal y estas anomalías contribuyen a generar resistencia a la insulina y una respuesta muy reducida al ejercicio físico.
La tartamudez podría ser el resultado de un desorden por el cual los componentes celulares de ciertas regiones del cerebro se desdoblan y reciclan. Así lo indica un estudio, publicado hoy en la edición on line del New England Journal of Medicine, que sugiere que los problemas habituales del lenguaje pueden deberse, en algunos casos, a un trastorno metabólico heredado.
Según los expertos, el 1% de las personas adultas es tartamuda.
La monstrua desnuda (1680) de Juan Carreño de Miranda.
Una proporción pequeña, aunque significativa, de personas obesas carece de una sección de su ADN. Se trata de una rara supresión genética que podría provocar una forma de obesidad aguda. Así lo indica una investigación, publicada hoy en Nature, que muestra cómo ese ADN ausente puede ejercer un efecto espectacular sobre el peso de algunas personas.
Los micro ARN desconectan a los genes químicamente.