El cuarenta y cuatro por ciento de las especies de los arrecifes de coral de todo el mundo están en riesgo de desaparecer, según indica la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Estos resultados se han anunciado hoy, tras una evaluación mundial, en el marco de la conferencia climática de la ONU COP29 que se celebra en Azerbaiyán.
Hoy se publica un artículo en Science que revela que las consecuencias de esta extinción son mucho mayores de lo que se creía, ya que cuando desaparecen especies se pierde también su papel en el ecosistema, como polinizar, dispersar semillas y controlar plagas.
Los ancestros de este fósil viviente, Araucaria araucana, convivieron con los dinosaurios. Puede vivir mil años, alcanza 50 metros y está amenazado por la tala.
Una nueva investigación, que utiliza un modelo de aprendizaje automático combinado con una red neuronal artificial, asegura que el 12,7 % de los peces teleósteos marinos (los más numerosos) están en riesgo de extinción. Esto supone cinco veces más que la estimación de la IUCN, del 2,5 %, e incluye a cerca de 5.000 especies más en ese estatus.
Un estudio internacional, con participación del CSIC, muestra cómo el aislamiento geológico del mar Mediterráneo durante el Mioceno dio lugar a una acumulación de sal que provocó una crisis ecológica.
Un equipo de investigadores ha analizado isótopos de rutenio en muestras de hace 66 millones de años. Han encontrado que el meteorito de Chicxulub procedería, con mucha probabilidad, de un asteroide de tipo C que se formó en la parte exterior de nuestro sistema solar, descartando además su origen como cometa.
Un estudio, coliderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales, explica que si se llevase a cabo, esta acción podría contribuir a alcanzar las metas europeas de conservación en la península ibérica. El 70% de las áreas con potencial para la renaturalización se han identificado en los países con climas más fríos.
Un análisis genómico demuestra que la población de estos grandes mamíferos en la isla de Wrangel, en Rusia, se mantuvo estable hasta su repentina desaparición hace tan solo 4000 años. Este descubrimiento refuta la teoría de que se extinguieron por razones genéticas. Algo ocurrió, pero todavía no se sabe qué.
Este coloso, denominado Lokiceratops rangiformis, medía unos 6,7 metros de largo y pesaba cerca de 5 toneladas. Pertenece a los ceratópsidos, un grupo que evolucionó hace unos 92 millones de años, y es una de las especies con cornamenta más grande y ornamentada jamás encontrada.
Un estudio dirigido por el Instituto de Biología Evolutiva ha identificado una nueva subvariedad de este animal, el único vertebrado endémico de esta región. La investigación aporta información clave sobre su ecología, lo que podría ayudar en la preservación de esta especie que se encuentra en peligro crítico de extinción.