Los comités científico y director del Plan Especial de Protección ante Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca) han dado por finalizada este sábado la erupción de Cumbre Vieja, la más larga de la historia en La Palma y la más destructiva del último siglo en Europa.
Desde comienzos de esta semana se ha constatado un descenso en la actividad del proceso eruptivo de La Palma. Los expertos piden mantener la prudencia y esperar unos días para confirmar el cese definitivo de la erupción.
Una investigación internacional demuestra cuantitativamente cuándo es posible que la actividad sísmica tenga un efecto disparador en las erupciones volcánicas. Además, este trabajo revela que los terremotos de América Central en 2012 habrían influenciado la erupción y activación de algunos volcanes de la zona.
El sistema de vigilancia europeo por satélite Copernicus ha confirmado el aumento en la superficie de la isla debido a la erupción volcánica. Pasados dos meses del inicio de la erupción, el tremor volcánico se mantiene estable, mientras que el aeropuerto de La Palma continúa cerrado debido a la emisión de ceniza.
El dióxido de azufre y la actividad sísmica en niveles intermedios muestran una tendencia a la baja de la actividad del volcán de La Palma, lo que puede indicar que la erupción está perdiendo fuerza. Aunque las últimas mediciones invitan a la esperanza, los expertos advierten que aún siguen siendo valores muy altos.
La aparición de nuevos centros de emisión y bocas por las que sale lava muy fluida demuestran que el volcán sigue muy activo cinco semanas después de la erupción. Las coladas ya han arrasado 901,2 hectáreas y destruido 2.146 edificaciones, según el programa de monitorización por satélite europeo, Copernicus.