Cuando la bióloga molecular María Blasco oyó hablar por primera vez de los telómeros, unas estructuras en los extremos de los cromosomas que condicionaban que una célula fuese mortal o inmortal, se sintió “absolutamente fascinada” y tuvo claro que quería convertirlo en el centro de sus investigaciones. Para conseguirlo tomó como referentes a tres mujeres: la española Margarita Salas, directora de su tesis doctoral, y las estadounidenses Carol Greider y Elizabeth Blackburn, descubridoras de la telomerasa. Su esfuerzo ha dado fruto y hoy, a sus 41 años, esta alicantina es uno de los científicos que más sabe sobre la relación de los telómeros con el envejecimiento y el cáncer en todo el mundo.