Al menos cuatro grupos diferentes de saurópodos convivieron en el Jurásico superior de Portugal, hace unos 150 millones de años. Un estudio detallado de muestras de dientes procedentes de estos dinosaurios, en el que participa la Universidad Nacional de Educación a Distancia, revela que la disparidad ecológica de estos dinosaurios podría ser mayor que la conocida en registros de América del Norte o África.
Relaciones filogenéticas de los primeros dinosaurios / Matthew G. Baron et al. (Nature)
Una nueva clasificación del árbol genealógico de los dinosaurios aporta pistas de cómo eran las primeras especies y obliga a los científicos a reevaluar el significado real de la palabra dinosaurio. Investigadores de la Universidad de Cambridge y el Museo de Historia Natural de Londres explican que en este nuevo árbol, los primeros individuos pudieron haber surgido en el hemisferio norte y eran similares en tamaño, forma y dieta.
En contra de lo que se pensaba, el periodo de incubación de los huevos de dinosaurio se parecía más al de los reptiles actuales que al de las aves. Tras analizar los dientes de varios embriones fósiles, se ha comprobado que tardaban entre tres y seis meses en salir del cascarón. Los resultados sugieren que la incubación prolongada pudo ser un factor más en la extinción de los dinosaurios.
Hace unos 66 millones de años un dinosaurio se apoyó en el suelo y dejó marcadas las escamas de su piel en los lodos de la ribera de un río, ahora convertidos en roca sedimentaria en el yacimiento de Vallcebre en Barcelona. El hallazgo de esta impresión fósil, que data del Cretácico Superior, es único en Europa.
Ilustración del ave Vegavis iaai sobrevolando las costas de la isla Vega en la Antártida con un dinosaurio al fondo. / Nicole Fuller/Sayo Art for UT Austin.
Una investigación en una cantera del Vale de Meio en Portugal revela el hallazgo excepcional de más de 80 rastros de dinosaurios carnívoros del grupo de los megalosáuridos, y de más de 700 huellas de estos cazadores solitarios. Los rastros corresponden al recorrido que hacían los dinosaurios que aprovechaban la bajamar para alimentarse de los animales atrapados en las aguas superficiales de una laguna interior.
El nuevo pterosaurio era diminuto, tan alto como un gato moderno.
Los dos cocodrilos reconocidos en Lo Hueco vivieron en la península ibérica hace algo más de 70 millones de años y forman parte del grupo de parientes más cercanos al antecesor de los cocodrilos actuales. El estudio de esta nueva especie, llevado a cabo por investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, ha permitido reevaluar material del Cretácico descrito anteriormente en la Península.