A pesar de que la población percibe que el uso del metro y el autobús conlleva un alto riesgo de contagio, las evidencias apuntan a que el peligro es bajo si se mantienen las medidas de higiene y salud. El uso de máscaras protectoras y la calidad del aire son esenciales junto con el distanciamiento físico, lo que plantea un reto: aumentar las frecuencias, sobre todo en horas punta.
Un estudio publicado por el grupo de investigación ScienceFlows, de la Universitat de València, analiza las desinformaciones compartidas en España durante el primer mes del estado de alarma. Los mensajes promovían el consumo de alimentos cotidianos para evitar y curar la infección por el nuevo coronavirus, y en muchos se hacía gala de títulos sanitarios o científicos para dar veracidad al mensaje.
Varios expertos solicitan que se regule la actividad de científicos independientes que se autoadministran productos desarrollados por ellos mismos como defensa contra el coronavirus. Argumentan que, además de conllevar riesgos, podrían erosionar la confianza en la ciencia y dar alas a los antivacunas.
Una nueva investigación liderada por Universidad de Santiago de Compostela concluye que B3a es el primer linaje del SARS-COV-2 que entró en España a través de la ciudad de Vitoria, y lo hizo en torno al 11 de febrero de 2020.
La saturación de muchos centros hospitalarios durante los primeros meses de la pandemia supuso la interrupción de pruebas programadas, consultas y cirugías. Expertos de varias sociedades médicas confirman el impacto en las personas con otras patologías, cuyo aumento de ingresos se une ahora al coronavirus.
Las pruebas de fase III que desarrolla la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca se interrumpieron el pasado 6 de septiembre por la reacción adversa en uno de los voluntarios. Ahora, el Organismo Regulador de los Medicamentos y Productos Sanitarios de Reino Unido ha confirmado que es seguro continuar con el ensayo clínico.
Aunque el confinamiento debido a la covid-19 nos ha hecho mirar al mundo rural y ansiar sus amplios espacios, no ha cambiado las preferencias de los urbanitas. Quizá lo hagan riesgos futuros como nuevas epidemias, desastres naturales y la escasez de recursos.
Esta especialista, codirectora del primer estudio multinacional europeo que abordó el efecto de la covid-19 en niños, asegura que todo apunta a que estos no son grandes transmisores silenciosos de la pandemia. Sobre la vuelta al cole es tajante: “Deben socializar con sus iguales; además para muchos el colegio es un lugar de cuidados que no tienen en otros lugares”.
En los siete meses de pandemia, pese a la falta de pruebas, los menores han sido considerados supercontagiadores. Estudios recientes han reactivado esta idea al detectar en ellos altas concentraciones de SARS-CoV-2. Sin embargo, esto no es sinónimo de una gran capacidad infectiva, explican los expertos.