Investigadores españoles han estudiado la evolución de la incidencia del consumo de cannabis y cocaína en España durante los últimos 38 años. Los resultados apuntan que en los últimos años la tendencia se estabiliza, sobre todo en el consumo de cocaína. Los datos también muestran que las primeras experiencias se dan más frecuentemente en jóvenes de entre 15 y 19 años, independientemente del género.
El consumo continuado de cocaína disminuye la actividad en la corteza prefrontal del cerebro, y esta relajación induce la búsqueda de la droga de manera compulsiva. Científicos de EE UU han comprobado que encender de nuevo estas neuronas previene el impulso de ir en busca de la droga, por lo que podría ser una prometedora forma de terapia contra la adicción.
Un estudio publicado por la revista ‘Addiction Biology’ revela que la activación y conectividad cortico-límbica del cerebro de las personas que toman cocaína ante imágenes emocionalmente negativas presenta diferencias con respecto a las que nunca han consumido esta droga.
La revista Plos One ha publicado dos nuevos artículos sobre el efecto que la cocaína produce en los embriones de pez cebra. Los resultados, fácilmente extrapolables a los seres humanos, indican que los hijos de madres consumidoras de cocaína podrían tener una mayor predisposición hacia la adicción si prueban esta sustancia, así como cierta insensibilidad hacia la acción de algunos analgésicos opioides.
Investigadores de la Universidad de Granada y la Universidad Santo Tomás de Colombia han confirmado que el consumo de drogas empeora el funcionamiento sexual de los varones, incluso después de años de abstinencia. Estas conclusiones contradicen otros estudios previos que aseguraban que, a las tres semanas de abandonar el consumo, la función sexual volvía espontáneamente a su nivel normal.
No existe ningún fármaco que ayude a tratar la adicción a la cocaína.
Lo que ocurre en el cerebro de las personas adictas a las drogas que vuelven a consumir tras haberlo superado es un misterio. Científicos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) han descubierto que, en el caso de las ratas, la recaída a la cocaína parece estar influida por factores biológicos. Así, las ratas que recaían tenían niveles más altos del neurotransmisor glutamato, mientras que los animales que no volvían a consumir registraban niveles más altos de otro neurotransmisor, el GABA.
Sus promotores consideran que es una solución “simple, fácil de usar y barata”, por lo que puede constituir en una alternativa a los sistemas actualmente empleados. Los científicos del grupo de investigación de Electroanálisis de la Universidad de Burgos han desarrollado una metodología que permite la detección de cocaína en soluciones líquidas, como la sangre o la orina. La novedad del planteamiento reside en el soporte empleado, un plástico serigrafiado.
Las aguas de los canales y acequias del Parque Natural de la Albufera de Valencia contienen cocaína, éxtasis y otras seis drogas. Así lo confirma un análisis realizado por investigadores de la Universidad de Valencia (UV), que advierten de las consecuencias que podría tener la presencia continuada de estas sustancias sobre la fauna y la salud humana.
Un equipo internacional de investigadores ha identificado un fragmento diminuto en el ARN regulador no codificante que desempeña un papel crítico en el consumo compulsivo de cocaína. La investigación, publicada esta semana en la revista Nature, revela cómo las estrategias terapéuticas diseñadas para atacar los microARNs pueden tener propiedades anti-adictivas.