Las ciudades copan el protagonismo en la Cumbre del Clima de Glasgow. En ellas se encuentran algunos de los problemas, pero también parte de la solución. En España, los municipios de más de 50.000 habitantes deberán implementar antes de 2023 su propia Zona de Bajas Emisiones como parte de los esfuerzos contra el cambio climático.
Las principales estrategias que se discuten estos días en la Cumbre del Clima de Glasgow, COP26, están dirigidas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Desde el Centro de Investigación e Innovación en Descarbonización Industrial en Reino Unido, su directora, Mercedes Maroto-Valer, propone soluciones tecnológicas e innovadoras para alcanzar la meta global de emisiones cero netas en 2050.
Aunque durante los confinamientos se produjo un descenso en las emisiones globales de dióxido de carbono, en 2021 estas han vuelto a aumentar, según los expertos del Global Carbon Project. En países como China y la India, se han superado incluso los niveles de 2019. Los científicos piden reducir las emisiones cada año en una cantidad comparable a la registrada durante 2020 para poder lograr la neutralidad climática en 2050.
Nos hemos quedado sin tiempo para propuestas ante la crisis climática, se necesita pasar a la acción de forma inmediata. Lo que ocurra en esta Cumbre del Clima de Glasgow (COP26) marcará el devenir de nuestro futuro. Para Pep Canadell, director del Global Carbon Projet, los compromisos deben fijarse ya para 2030, porque 2050 está demasiado lejos y “la mitad de los políticos que dicen que los van a cumplir estarán muertos”.
Escuchemos a los representantes políticos en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP26. Elevando apenas un poco más de lo habitual su tono de voz, nos recuerdan los millones de fallecidos en el último año por el cambio climático y las graves amenazas en forma de incendios, sequías, inundaciones, tormentas y huracanes a las que nos enfrentamos.
El incremento en los niveles de CO2 pone en peligro la consecución de los objetivos del Acuerdo de París para limitar la subida global de las temperaturas, con el fin de frenar la crisis climática. La Organización Meteorológica Mundial, a través de su último boletín, manda un mensaje científico contundente a los negociadores en la materia que participarán en la COP26.
Las regiones árticas y subárticas, las más afectadas por la subida de las temperaturas, tienen las mayores reservas de carbono terrestre. Estas zonas se están calentando a un ritmo aproximadamente dos veces superior a la media mundial.
La pandemia es una oportunidad para que los gobiernos se replanteen el modelo económico y de producción que ha desencadenado una crisis climática. Sin embargo, el G20 sigue destinando un 60 % más a actividades de combustibles fósiles que a inversiones sostenibles. “Vemos el problema a medio y largo plazo, por eso no actuamos como lo hemos hecho con la covid, pero los efectos pueden ser mucho peores.”, asegura Peñuelas, investigador del CSIC.
Los modelos climáticos actuales incluían una hipótesis que indicaba que la biomasa de las plantas y el carbono del suelo aumentarían de forma conjunta a lo largo de este siglo. Ahora, un estudio publicado en Nature asegura que no es así, por lo que plantas y suelo no podrán absorber a la vez más CO2, con consecuencias climáticas.