El pasado 2 de marzo, el Comité Olímpico Internacional (COI) anunciaba la eliminación del casco en el boxeo para los Juegos de Río 2016 en categoría masculina. La decisión se apoyaba en estudios presentados por la Federación Internacional de Boxeo Aficionado, que desde finales de 2013 había suprimido los protectores en sus combates. Sin embargo, una corriente de médicos, investigadores y profesionales ligados al boxeo se muestran críticos con esta decisión.
Un equipo de la Universidad de Granada (UGR) ha colaborado con la empresa española Catlike en el diseño del nuevo casco Rapid, con el que los ciclistas del equipo Movistar han ganado recientemente los campeonatos de España e Italia de contrarreloj y el Giro de Italia. El casco ofrece un excelente rendimiento, gracias a su forma aerodinámica y una buena ventilación, según sus creadores.
Con unos niveles similares de uso la bicicleta, los ciclistas más jóvenes y los mayores, especialmente las mujeres, son los que sufren más siniestros. En los últimos veinte años más de 42.000 ciclistas se han visto implicados en algún percance según la Dirección General de Tráfico.
El Instituto de Biomecánica y la start- up Closca Design han desarrollado un casco que puede guardarse en el bolso una vez utilizado. Gracias a un sistema patentado de plegado, se consigue reducir el volumen del casco hasta menos de la mitad quedando plano como un libro en un solo movimiento. Además, se puede combinar con la ropa cambiando la funda extraíble, según sus creadores.
Un motorista que conduce a 100 km/h soporta un ruido dentro del casco similar al de un trabajador con un martillo neumático. Desde hace 25 años apenas se han desarrollado innovaciones en el efecto sonoro de los cascos.
El casco, elemento activo en la generación de ruido. Imagen: Frank Kehren
El dispositivo diseñado por Caars.