Fragmento de mandíbula de oso de las cavernas consumida por hienas (Crocuta crocuta spelaea) de la cueva de Ekain. / Aritza Villaluenga.
Recreación artística de una mujer neandertal (en 1968 en Lezetxiki se encontró el humero entero de una neandertal) y un oso de las cavernas. / José Antonio Peñas | Sinc.
Investigadores del País Vasco han indagado sobre la interacción de los primeros neandertales y los úrsidos en la cornisa cantábrica. Su trabajo constata un fenómeno particular: los osos de las cavernas alternaron la ocupación de tres cuevas del valle del Deba (Gipuzkoa) con los humanos hace 120.000 años. Esta competencia entre carnívoros también se prueba en otras dos cuevas de la misma región, en humanos adscritos al Chatelperroniense –hace entre 36.000 y 32.000 años–.
Investigadores de la Universidad de Oviedo han hallado y restaurado un cráneo de bisonte de entre 30.000 y 40.000 años de antigüedad. La pieza constituye uno de los restos más completos de esta especie en la península ibérica.
La reapertura de la cueva de Altamira (Cantabria), tras doce años cerrada al público, no está exenta de polémica. Estudios científicos previos desaconsejaban esta opción; sin embargo, el patronato que custodia las pinturas rupestres quiere compartir este patrimonio cultural con la sociedad. Marián del Egido, nueva directora del Museo Nacional de Ciencia y tecnología (MUNCYT), ha sido la coordinadora del proyecto que desde el 26 de febrero permite la entrada de cinco personas a la cueva cada semana hasta el mes de agosto.
Científicos del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria han seguido los pasos de los humanos que habitaron la región durante el Paleolítico. A través de programas informáticos de análisis geográfico saben que estos nómadas abandonaron progresivamente las cuevas y abrigos rocosos de altitud para vivir en lugares más llanos.
Un equipo internacional de científicos, entre los que se encuentran investigadores de la UNED, ha hallado pequeños crustáceos en la Cueva de Nerja (Málaga), datados entre hace 14.500 y 13.500 años. Estos seres, denominados balanos, habitan en la piel de las ballenas por lo que los científicos deducen que se trata de la prueba más antigua del consumo de cetáceos en la Prehistoria europea.
Un equipo de científicos de la Universidad de Navarra y la Asociación Catalana de Bioespeleología ha descubierto tres nuevas especies de colémbolos en las cuevas del Maestrazgo (Teruel). Su descripción se ha publicado en la revista Zootaxa. Estos diminutos artrópodos pertenecen a uno de los grupos de animales más antiguos de la Tierra.
Un estudio liderado por científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha concluido que los biocidas empleados en la cueva de Lascaux, en Montignac (Francia), han sido “ineficaces” y podrían haber favorecido la aparición de nuevos hongos y bacterias.
Motivo pictórico de la cueva de El Buxu. Imagen: Antonio Hernanz.