Un equipo de investigadores de Cataluña ha demostrado que el tráfico es la única fuente de partículas finas que se asocia con una reducción en el desarrollo cognitivo. Por ello, una reducción de la contaminación atmosférica procedente del tráfico en las escuelas primarias podría tener efectos beneficiosos sobre la cognición.
Explicación gráfica del informe presentado en Nairobi esta semana. / Efe
Cada mes llegan a la superficie de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico miles de toneladas de hidrocarburos aromáticos policíclicos, contaminantes procedentes del uso de combustibles fósiles, de incendios y de vertidos de petróleo. Así se desprende de las mediciones y experimentos realizados durante la expedición Malaspina. Estas concentraciones podrían afectar a largo plazo a los seres vivos oceánicos y la toxicidad podría generar alteraciones en la formación de aerosoles en la atmósfera marina.
El volcán submarino de El Hierro emite el 0.1% del flujo de CO2 volcánico a nivel mundial. La dispersión de este gas ha aumentado la acidez en las proximidades marítimas.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han diseñado un dispositivo portátil y autónomo para captar partículas del aire. El prototipo es capaz de recolectar y analizar la biodiversidad bacteriana, vírica y fúngica del aire, así como el polen, en diferentes zonas urbanas y estaciones del año.
Si bajan los costes del petróleo, crecen las emisiones de dióxido de carbono. Así lo aseguran dos científicos españoles que han contrastado la relación entre contaminación atmosférica y desarrollo económico utilizando como indicador los precios reales del petróleo en España de 1874 a 2011. Los científicos sugieren el diseño de unos nuevos impuestos de la energía.