Con organoides de tumores creados a partir de células de pacientes, investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) han demostrado la capacidad de las células madre de cáncer colorrectal para cambiar sus propiedades mecánicas, lo que facilita el proceso metastásico. El avance podría contribuir al desarrollo de nuevas estrategias para tratar de evitarlo.
Investigadores españoles han empleado herramientas de edición genética, biología molecular y bioinformática para estudiar el genoma de las células tumorales. Esos genes se convierten en diana a la que dirigir los tratamientos.
Un estudio sobre miles de tumores mamarios ha descubierto que las secuencias genéticas hereditarias son potentes predictores de la enfermedad y de su mortalidad. La nueva información podría ayudar a abordar la dolencia en etapas tempranas.
Investigadores españoles han observado que las células responsables de que este tumor invada otros órganos se camuflan entre las del sistema inmunitario al usar una de sus propias proteínas de defensa. Esta es una de las razones por las que la inmunoterapia no es efectiva en esta enfermedad.
El proyecto europeo QUSTom incorpora una nueva modalidad de imágenes médicas, basada en ultrasonidos en 3D y supercomputación, que servirá para complementar técnicas actuales que utilizan rayos X, como las mamografías. Esta nueva tecnología, inocua para las pacientes, puede ser especialmente beneficiosa en mujeres con tejido mamario denso.
Marcas de corte en una calavera podrían indicar que médicos del antiguo Egipto intentaron operar un crecimiento de piel excesivo o investigaron desórdenes cancerosos post mortem. El estudio está liderado por el investigador Edgard Camarós de la Universidad de Santiago de Compostela.
Investigadores españoles han identificado nuevas vías para atacar este tumor: inhibir las proteínas que lo ayudan a evadir las defensas naturales del cuerpo e impedir su diseminación a otros órganos. Su incidencia está aumentando en nuestro país.
La forma en que las células tumorales mueren con la quimioterapia resulta diferente de lo que se creía hasta ahora. Un equipo científico de Países Bajos ha encontrado la función clave que tiene el gen Schlafen11 en este proceso. Los autores creen que el hallazgo podría ser clave en futuros tratamientos.
Las llamadas células asesinas naturales, en contacto con el tratamiento con anticuerpos que se utiliza contra el tumor de mama HER2 positivo, segregan unos tipos concretos de citoquinas que activan la respuesta inmunitaria. Esto supone en las pacientes una mejor respuesta al tratamiento.
Esta vacuna experimental, desarrollada por investigadores de la Universidad de Florida y probada en cuatro pacientes adultos, fue capaz de reprogramar el sistema inmunitario para atacar al glioblastoma, uno de los diagnósticos más devastadores con una supervivencia media de unos 15 meses. Ahora se ensayará en un estudio pediátrico.