Científicos del Instituto de Biotecnología de Flandes, en colaboración con la Universidad de Lovaina de Bélgica, han investigado el papel de la proteína Gas6. Esta sustancia ha demostrado su efectividad en el tratamiento de ratones con anemia, sin que su uso conlleve los efectos secundarios propios de la EPO. Además, la proteína Gas6 contribuye a reforzar el efecto de la EPO, servir de base para un nuevo tratamiento de la anemia y ofrecer una alternativa para aquellos pacientes para los que la EPO no resulta efectiva.
El trabajo analiza la proteína TrxR-1v3, presente principalmente en las células Leydig del testículo. Esta proteína forma parte de los sistemas tiorredoxina, complejos que realizan funciones esenciales en mamíferos.
La incidencia de cáncer de colón-recto en la población de la provincia de León puede llegar a doblar la media española. Así lo ponen de relieve los últimos datos del Registro de Tumores del Hospital de León (2006) y la Asociación Española Contra el Cáncer de la provincia.
Científicos de la Universidad de Manchester han descubierto una relación entre diferentes tipos de cáncer infantil y un aumento del riesgo del cáncer de mama en la madre.
Gracias a una sencilla prueba de ADN, pronto será posible identificar a los hombres con predisposición al cáncer de próstata. Al menos, así lo esperan los científicos suecos del Instituto Karolinska, que han demostrado que los hombres portadores de una combinación de genes de riesgo conocidos presentan un riesgo entre cuatro y cinco veces más alto de desarrollar cáncer de próstata.
Un equipo de científicos de la Universidad de Jaén, dirigido por Ruperto Bermejo, y en colaboración con investigadores de las universidades de Granada y Almería, estudia la manera de conseguir colorantes naturales mediante la purificación de proteínas procedentes de microalgas. Para ello utilizan una novedosa metodología con alto rendimiento de recuperación y potencialmente escalable. Este proyecto ha sido financiado por la Junta de Andalucía con 140.427,62 euros.
Cuando la bióloga molecular María Blasco oyó hablar por primera vez de los telómeros, unas estructuras en los extremos de los cromosomas que condicionaban que una célula fuese mortal o inmortal, se sintió “absolutamente fascinada” y tuvo claro que quería convertirlo en el centro de sus investigaciones. Para conseguirlo tomó como referentes a tres mujeres: la española Margarita Salas, directora de su tesis doctoral, y las estadounidenses Carol Greider y Elizabeth Blackburn, descubridoras de la telomerasa. Su esfuerzo ha dado fruto y hoy, a sus 41 años, esta alicantina es uno de los científicos que más sabe sobre la relación de los telómeros con el envejecimiento y el cáncer en todo el mundo.