Un equipo de biólogos de la Universidad del Sur de California (USC) ha dado con una nueva forma de luchar contra el cáncer: en vez de destruir las células cancerígenas, su objetivo es proteger las células sanas. Desde hace décadas, uno de los objetivos de la investigación contra el cáncer ha sido conseguir que la quimioterapia sea más selectiva. Si no fuese tan tóxica para el resto del cuerpo, los oncólogos podrían controlar mejor los cánceres, e incluso curar algunos.
El equipo, liderado por el investigador Valter Longo, descubrió que el ayuno puede ser una forma efectiva de proteger a las células sanas contra la quimioterapia. Cuando existe una restricción calórica, las células sanas entran en lo que Longo llama un ‘modo de mantenimiento’, una especie de stand by similar a la hibernación que realizan algunos animales, que provoca que dejen de dividirse y, por tanto, de ser atacadas por la quimioterapia. Las células cancerígenas, por el contrario, no pueden dejar de seguir dividiéndose, porque el tumor impide que entren en ese estado de hibernación. De este modo, son destruidas por la quimioterapia, que actúa de forma más selectiva.
Este experimento, practicado de momento en ratones y en células humanas en probeta, abre la puerta a un tratamiento que permitiría aplicar mayores dosis de quimioterapia de forma más efectiva.