El compostaje aprovecha los residuos orgánicos que se producen cada día para convertirlos en abono. Pero, aunque este proceso aporta numerosas ventajas ambientales, también se crean compuestos orgánicos volátiles que emiten una gran cantidad de olores ofensivos. Un equipo de la Universidad de Córdoba ha desarrollado un nuevo método para evaluar el impacto oloroso que supone el compostaje.
Millones de toneladas de plásticos navegan a la deriva en los océanos, una cifra que no deja de aumentar. Las tortugas marinas, protagonistas de #Cienciaalobestia, son uno de los animales más afectados por esta basura. Según un estudio internacional, unos mil ejemplares quedan atrapados en residuos y terminan muriendo cada año. Las que sobreviven acaban gravemente heridas y mutiladas o arrastran el plástico a lo largo de toda su vida.
Cada año, entre cinco y trece millones de toneladas de basuras de plástico terminan en los océanos de todo el mundo. Un nuevo estudio advierte que esta cantidad podría multiplicarse por diez en la próxima década si la comunidad internacional no mejora su gestión de desechos.
En la ciudad que nunca duerme es fácil pasar por alto a pequeños seres vivos como los insectos. Sin embargo, según un estudio estadounidense, estos y otros artrópodos trabajan duro para eliminar los desechos en las calles de Manhattan: son capaces de limpiar alrededor de una tonelada al año, el equivalente a 60.000 perritos calientes o 200.000 galletas.
Un muestreo del fondo del mar, en el que han participado investigadores del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, demuestra que en algunos puntos del Mediterráneo y Atlántico se extrae más basura que biomasa.
Investigadores de la UNED han desarrollado un método estadístico para detectar el contenido basura en Twitter, en concreto, en los conocidos como trending topics o temas más populares. La eficacia de la herramienta se ha probado con éxito en un análisis de 20 millones de mensajes.
Una larva de insecto que vivió durante el cretácico, hace unos 110 millones de años, y que aparece recubierta de restos vegetales, es la evidencia de camuflaje en insectos más antigua conocida hasta ahora, según un artículo que publica la última edición de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). El trabajo se basa en el estudio de una pieza excepcional de ámbar descubierta en el año 2008 en el yacimiento de El Soplao (Cantabria), el más extenso y rico en ámbar de la era mesozoica en Europa.
Un nuevo radar del programa SSA escaneará las órbitas bajas en busca de fragmentos de basura espacial.
Las estrellas ayudan a rastrear basura espacial
La filosofía de ‘cómprate otro ya que puedes’ forma parte de nuestro modelo de consumo.