Uno de los motivos que hacen a los microbios invencibles es el mal uso de los fármacos.
Cuando las bacterias o los virus atacan nuestro sistema y las defensas no consiguen hacerles frente, necesitamos ‘agentes de paz’ externos, como son los antibióticos o antivíricos, denominados antimicrobianos. Estas sustancias pelean sin tregua en un complejo campo de batalla donde, en los últimos tiempos, cobra fuerza un enemigo cada vez más poderoso: la farmacorresistencia.
Poblaciones de bacterias y sus virus experimentan, en condiciones naturales, una evolución recíproca. Así lo revela una investigación hispano-británica que deja abierta una puerta para la creación de “antibióticos evolucionados” para usos terapéuticos.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han descrito uno de los mecanismos por el que las poblaciones de bacterias patógenas controlan su dispersión por la superficie de los órganos que infectan, deteniéndola ante la presencia de un antibiótico y reanudándola cuando éste disminuye. El proceso tiene como protagonista a la proteína RecA, que aumenta su concentración cuando se pone en marcha el mecanismo de reparación del material genético de las bacterias desencadenado por los antibióticos. La investigación ha sido publicada en la revista Infection and Immunity.
El patógeno Acinetobacter baumannii, resistente a multitud de antibióticos.
A partir de su último trabajo científico, que hace unos meses apareció en Science y reveló por primera vez cómo las bacterias adquieren propiedades de multiresistencia por medio de un mecanismo basado en los llamados ‘integrones’, el autor explica el reto sanitario que supone una resistencia creciente de las bacterias a los antibióticos.
El Instituto de Biotecnología y Biomedicina (IBB) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) lidera el proyecto de investigación europeo AntiPathoGN para investigar nuevas dianas terapéuticas contra bacterias patógenas multirresistentes a los antibióticos. Para llevarlo a cabo, se ha creado un consorcio en el que participan seis instituciones y empresas españolas, tres alemanas, una francesa y una búlgara.
Investigadores del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” (CSIC-UAM), de la empresa “Biomol-Informatics”, del Centro Nacional de Biotecnología (CSIC) y del Hospital Universitario “La Paz” (UAM) han desarrollado un modelo funcional de FtsZ, una proteína esencial para la multiplicación bacteriana. El estudio se enmarca en un proyecto europeo a gran escala para el desarrollo de nuevos antibióticos.