Un estudio, que ha utilizado datos de las 11 ciudades más grandes de Cataluña durante 8 años, relaciona por primera vez la exposición a partículas contaminantes con un mayor uso de antimicrobianos. La razón: la polución irrita las vías respiratorias y provoca síntomas similares a los de una infección.
Un nuevo estudio muestra que las soluciones basadas en la naturaleza son más efectivas que las tecnologías convencionales para eliminar estos medicamentos y los genes de resistencia antimicrobiana de las aguas residuales.
Un estudio experimental en ratones puede suponer un avance en la lucha contra la resistencia a estos medicamentos. El nuevo fármaco, llamado lolamicina, mata a los microbios infecciosos sin interferir en el microbioma del intestino durante el tratamiento y la recuperación.
Una investigación española describe cómo se combinan e interactúan las proteínas para realizar funciones esenciales para su supervivencia. Gracias a la herramienta AlphaFold, los resultados revelan detalles hasta ahora desconocidos de estos mecanismos y ofrecen posibles dianas para el desarrollo de nuevos antibióticos.
La base de datos online proporciona el perfil genómico de 461 cepas, procedentes de 41 hospitales situados en 13 regiones de España. Este recurso ha sido posible gracias a una nueva metodología que permite obtener secuencias completas de manera más rápida y a gran escala.
Un estudio del Instituto de Salud Carlos III y del CSIC confirma que mutaciones en esta enzima, que regula la topología del ADN bacteriano, es la diana molecular de un nuevo compuesto antimicrobiano que se muestra eficaz frente a varios patógenos respiratorios humanos.
Un estudio internacional con participación de la Universidad de las Illes Balears alerta que los plásticos degradados podrían ser los que alojan mayor abundancia de comunidades microbianas, ya que esos materiales envejecidos liberan más cantidad de compuestos orgánicos que los nuevos.
Algunas enfermedades, el abuso de antibióticos y dietas poco saludables reducen la abundancia y supervivencia de las bacterias que favorecen nuestra salud. El desafío consiste en descifrar las interacciones entre las bacterias y nuestro cuerpo a fin de poder cultivar esos microorganismos beneficiosos para reponerlos a través de suplementos de nueva generación.
Uno de los hitos más importantes en la aplicación médica que procede del reino fungi se dio con el descubrimiento del hongo del género Penicillium, por parte de Alexander Fleming en 1928, cuyo descubrimiento marcó el inicio de la era de los antibióticos. Noventa y cinco años después, se siguen hallando nuevas especies con beneficios para la salud.
Un estudio de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de Valencia ha identificado la capacidad de cinco cepas bacterianas de la microbiota intestinal para restringir la colonización de microorganismos resistentes a antibióticos. El trabajo podría dar lugar a nuevas estrategias para prevenir infecciones causadas por estos agentes.