Análisis genéticos de un pequeño cefalópodo que vive en aguas antárticas da indicios sobre qué ocurrió con las enormes masas heladas en el Último Interglaciar, hace unos 120.000 años, cuando las temperaturas eran solo 1 grado centígrado más cálidas que las preindustriales.
La pregunta ya no es si va a subir el nivel global del mar, sino en cuánto tiempo lo hará. Un estudio de modelización publicado en la revista Nature Climate Change, sugiere que el rápido calentamiento de los océanos en la región occidental de la Antártida resultaría ineludible, y los esfuerzos de reducción de emisiones solamente pueden prevenir los peores pronósticos.
Este sistema bioinformático, desarrollado por investigadores del CSIC y testado en la Antártida, puede mejorar el trabajo de campo al facilitar la recogida eficaz de muestras y su análisis en el lugar dónde se realiza el estudio.
Un grupo internacional de científicos revela cómo los microorganismos en la zona mesopelágica, incluso bajo la capa de hielo de la Antártida, tienen la capacidad de utilizar compuestos de azufre inorgánico como única fuente de energía para capturar dióxido de carbono. El artículo que se publica en Nature Microbiology aporta nueva información sobre el proceso de fijación de carbono en capas adonde no llega la luz solar.
Investigadores españoles han detectado restos de fármacos, sustancias estimulantes y otros compuestos derivados de la actividad humana en aguas interiores y litorales antárticas. Los científicos urgen medidas más efectivas para reducir su impacto en el medio ambiente.
Investigadores de la Universidad de Granada lideran un proyecto internacional, llamado GOLETA, donde analizarán las propiedades eléctricas del manto terrestre profundo bajo el continente helado. El trabajo ayudará a conocer mejor los procesos de hielo y deshielo que condicionan las variaciones del nivel del mar a escala global.
Las poblaciones de barbijo aportan al océano más de 500 toneladas anuales de este metal a través del guano. Los resultados de una investigación, liderada por Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía del CSIC, ayudarán a entender la influencia de esta especie en el funcionamiento ecológico las aguas superficiales del océano Antártico, señalan los autores.
El invierno del hemisferio norte ha sido el segundo más cálido jamás registrado en Europa. Las autoridades climáticas advierten de que los últimos datos indican posibles subidas alarmantes del nivel del mar.
Un potencial colapso del glaciar Thwaites provocaría un aumento de los niveles globales del mar en unos 65 centímetros. Dos estudios publicados en la revista Nature dan a conocer los patrones de deshielo según la topografía de la zona y describen cómo influyen las interacciones entre el hielo y el océano.