Una investigación internacional liderada por la Universidad Politécnica de Madrid avanza hacia el diagnóstico temprano de la enfermedad de Alzheimer mediante el estudio de los patrones de actividad cerebral. Mediante esta técnica es posible clasificar a los participantes de los grupos internacionales como ancianos sanos o con deterioro cognitivo leve con un 82% de precisión.
Determinados factores de riesgo genético en el desarrollo del alzhéimer se pueden trazar mucho antes de que aparezcan los síntomas, según un nuevo estudio en el que han participado unas 2.500 personas, con edades entre los 18 y los 75 años. La investigación ha sido financiada por el Instituto Nacional de Salud de EE UU.
Al noroeste de Colombia, una mutación genética provoca de forma precoz y segura el mal de Alzhéimer. Allí llaman a la enfermedad ‘la bobera de los Piedrahita’, por una de las 25 familias afectadas. Ahora, un ensayo clínico examina a los habitantes de la región para probar en ellos tratamientos preventivos. 300 voluntarios de esos pueblos 'malditos' pueden ser la gran esperanza contra la epidemia global del siglo XXI.
Diferencias en la prosodia y la acústica casi imperceptibles al oído humano permiten distinguir a las personas con principios de demencia mediante un programa de ordenador. Investigadores de la Universidad de Salamanca han sido pioneros en el desarrollo de esta idea, que han transformado en una ecuación para identificar el problema y que ahora quieren utilizar para construir un dispositivo de alerta ante los primeros indicios de alzhéimer.
Gracias a herramientas computacionales, un equipo de investigadores ha resuelto que los lípidos poliinsaturados pueden alterar la velocidad de unión de dos tipos de receptores involucrados en algunas enfermedades del sistema nervioso. El trabajo ha sido publicado en la revista Scientific Reports.
Mediante técnicas empleadas en física estadística, un equipo internacional de científicos ha analizado imágenes tridimensionales de los astrocitos del interior del cerebro de ratones modelo de alzhéimer y ha observado que estas células parecen huir de las placas amiloides. Para los expertos se trata de un descubrimiento muy importante, ya que la eliminación de dichas placas por parte de células del mismo cerebro es una de las estrategias terapéuticas más relevantes en desarrollo para curar la enfermedad.
La iniciativa europea para la prevención de la demencia asociada al alzhéimer o EPAD, de la que forman parte 35 instituciones académicas y laboratorios farmacéuticos de toda Europa, nació en enero de 2015 y durará cinco años. EPAD se coordina en España a través del Barcelonaβeta Brain Research Centre, el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, actualmente ubicada en el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB). José Luis Molinuevo es el director científico, además del colíder europeo.
Andrés Lozano (Sevilla, 1959) cambió siendo un niño el calor de su Triana natal por la gélida Toronto, donde llegó a convertirse en uno de los mejores neurocirujanos del mundo. A finales de los 90 empezó a investigar los resultados de aplicar pequeñas descargas eléctricas en el cerebro para tratar algunos trastornos neurológicos y psiquiátricos. Hoy, la técnica –llamada estimulación cerebral profunda– es una de las más prometedoras para el tratamiento de enfermedades que afectan al cerebro.
El rescate de una niña con autismo, que se había escapado de casa, movió al ingeniero informático Iván Pérez a desarrollar, junto a su equipo de la empresa Geo.band, un geolocalizador de última generación que se puede convertir en un llavero, un colgante o un reloj. Está diseñado para ser usado con niños, ancianos y personas dependientes e incluye sensores y algoritmos que aprenden del usuario. Paco Lobatón se ha comprometido con el proyecto a través de su fundación QSDGlobal.
En España hay unas 700.000 personas con alzhéimer de las que hasta 200.000 podrían estar sin diagnosticar. En el mundo, esta cifra sube hasta los 47,5 millones, según la Organización Mundial de la Salud. Ahora, investigadores estadounidenses han demostrado que un medicamento ya utilizado para tratar la artritis reumatoide puede revertir disfunciones observadas en esta enfermedad neurodegenerativa en ratones.