Un consorcio europeo, liderado por la empresa española Betelgeux, ha desarrollado un método automático que detecta la bateria Listeria en superficies industriales en contacto con alimentos en menos de tres horas. El dispositivo se desplaza por la superficie industrial rastreando y extrayendo muestras.
Científicos de la Universidad de Sevilla han profundizado en el uso de carotenoides incoloros como ingredientes funcionales. Los carotenoides dan color a muchos alimentos y a otros elementos de la naturaleza, y su presencia en la dieta suele estar asociada a un menor riesgo de padecer enfermedades graves.
Hace tiempo que se sospechaba que los alimentos que consume la humanidad son cada vez más parecidos. Ahora, investigadores del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) lo confirman y documentan por primera vez con datos de las últimas cinco décadas, además de advertir sobre las graves consecuencias que esta homogeneización en las dietas trae para la agricultura, la nutrición y la seguridad alimentaria.
El pan puede contener hasta un 10% de semillas de chía. / Ester Iglesias & Monika Haros
Las semillas de chía son ricas en omega-3 y compuestos antioxidantes. / Loreto Muñoz et al.
Desde este año se permite incluir hasta un 10% de semillas de chía en el pan, los cereales del desayuno y las bolsas de frutos secos que se comercializan en la Unión Europea. Los granos de esta hierba, que desde hace siglos consumen los pueblos centroamericanos, son ricos en omega-3, fibra, proteínas, antioxidantes, vitaminas y minerales.
“Si le preguntas a un gallego dónde está el secreto de un buen pan, te dice que en la silla, en el tiempo”, explica un maestro panadero. Tras años de caída en picado, el consumo de pan se recupera, aunque más barato, pero al mismo tiempo los consumidores comienzan a demandar un producto de calidad. Cocineros como Chicote y Arguiñano, científicos, profesionales y críticos gastronómicos analizan para SINC la situación de este alimento.
Se puede hacer buen y mal pan tanto de forma artesanal como industrial. / J. A. Peñas
Investigadores españoles y portugueses han comprobado que los palitos de pescado fritos generan más furanos que los cocinados al horno. En concreto, el triple si se fríen en aceite de oliva y el doble con el de girasol. Estos compuestos favorecen las características organolépticas de los alimentos, pero se sospecha que son tóxicos y cancerígenos.
El estudio revela que los palitos de pescado al horno generan menos furanos que cuando se fríen. / SINC