Una investigación publicada en Science, en la que participan dos investigadoras del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona, demuestra por primera vez que el calentamiento global y los cambios físicos que comporta causan alteraciones en el ecosistema del Ártico Central más rápidamente de lo que se pensaba, desde la superficie a las profundidades.
Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha evaluado la robustez de las cadenas tróficas polares frente a posibles impactos climáticos. Según sus conclusiones, el ecosistema ártico es más vulnerable al efecto de cascada trófica porque cuenta con mayor número de depredadores.
El análisis de 800.000 secuencias genéticas de 92 muestras marinas evidencia grandes diferencias entre el Ártico y el resto de océanos, así como entre los dos océanos polares. Los resultados de este estudio internacional, que cuenta con participación de científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, sugieren que la comunidad bacteriana no tiene capacidad para dispersarse con facilidad.
Los primeros análisis del núcleo de sedimentos más antiguo jamás hallado en el Ártico demuestran que en esta zona se produjeron intervalos más cálidos de lo que se pensaba durante los últimos 2,8 millones de años que coincidieron con el declive de la capa de hielo del oeste de la Antártida. Un equipo internacional sugiere incluir estos nuevos datos en los modelos climáticos que predicen el clima futuro.
El frágil ecosistema del Ártico, muy vulnerable al cambio climático, se enfrenta también a la explotación petrolífera y a la pesca industrial. Coincidiendo con el ecuador de la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible Rio+20, la organización ecologista Greenpeace ha presentado hoy la campaña global Salva el Ártico para reivindicar la protección de “la última frontera intacta del planeta”.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que presenta las conclusiones preliminares de la Declaración sobre el estado del clima mundial en 2011, la década de 2001 a 2010 ha sido la más cálida jamás registrada en todos los continentes. El ritmo del aumento de la temperatura ha sido “constante” desde 1971.
Investigadores estadounidenses han planteado una nueva teoría de desplazamiento de los continentes que ubica el centro de un futuro supercontinente, denominado Amasia, en un lugar cercano al Polo Norte. Según esta hipótesis, el océano Ártico y el mar Caribe desaparecerán, la separación entre América del Norte y del Sur dejará de existir y se unirán por su zona norte a Asia y Europa.
Durante los últimos 15 años se ha ido formando un abombamiento en la superficie del océano Ártico debido a la acumulación de grandes cantidades de agua dulce. Así lo recoge un estudio realizado por investigadores británicos con datos facilitados por los satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA). Si la dirección del viento cambiara, el agua dulce podría dirigirse al océano Atlántico, cambiar las corrientes y enfriar Europa.
La cubierta de hielo marino en el Ártico ha disminuido durante los meses de verano, según los datos registrados por el satélite europeo Envisat de la Agencia Espacial Europea (ESA). Este deshielo ha provocado que dos grandes rutas de navegación en el Océano Ártico, la del Pasaje del Noroeste de Canadá y la ruta del Mar del Norte de Rusia, se abran simultáneamente.
Disminuye la cubierta de hielo marino en el Ártico. Imagen: ESA.