Un estudio liderado por el Hospital 12 de Octubre y la Universidad Complutense de Madrid asocia la producción de estas moléculas a una mejor respuesta al tratamiento. La detección en heces o sangre de los microorganismos que producen estos ácidos grasos se convierte en un nuevo biomarcador de pronóstico de la enfermedad para los médicos.
Investigadores españoles han demostrado que los niveles elevados del ácido araquidónico predicen la presencia y avance de la aneurisma de aorta abdominal, de difícil diagnóstico y que puede derivar en la rotura de la arteria. “La búsqueda de biomarcadores circulantes que ayuden en el diagnóstico o pronóstico de la enfermedad es de máximo interés”, ha explicado uno de los autores.
El asma, en sus manifestaciones más graves, provoca problemas respiratorios difíciles de tratar con la medicación convencional. Un equipo internacional de investigadores, en el que participa la Universidad Complutense de Madrid, ha demostrado por primera vez que las alteraciones en la saturación de los ácidos grasos se asocian al desarrollo de esta enfermedad. Los resultados facilitarán el diseño de nuevas estrategias terapéuticas para mejorar la calidad de vida de los pacientes y reducir el gasto sanitario asociado.
Investigadores del Instituto Catalán de Investigación Química han desarrollado un catalizador de níquel que transforma mezclas de hidrocarburos y CO2 en compuestos con gran valor industrial: los ácidos grasos. El proceso es sostenible y respetuoso con el medioambiente por partida doble: funciona a temperatura y presión atmosféricas y, además, sirve para reciclar el dióxido de carbono, contribuyendo así a reducir este gas de efecto invernadero.
Científicos del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación han añadido a la dieta de las ovejas una fuente de ácidos grasos poliinsaturados procedente de semilla de lino. El resultado es una leche y un queso con menos contenido en colesterol, un avance que demandan muchos consumidores.
Los perjuicios de las altas acumulaciones de grasa en el organismo son conocidos. En este contexto destaca el hallazgo de un equipo de expertos del IDIBAPS, que ha descrito un mecanismo por el que los cuerpos lipídicos facilitan ácidos grasos a las mitocondrias para que estas puedan producir energía cuando faltan los nutrientes. Los resultados han sido publicados en Nature Communications.
Investigadores del Instituto de Ganadería de Montaña de León y del MTT Agrifood Research de Finlandia han analizado los efectos de la administración oral de acetato de cobalto en la ingesta de las ovejas, la función del rumen, la producción de leche y el perfil de ácidos de esta leche. Se trata de una investigación básica cuyo fin es profundizar en el conocimiento de la dieta de las ovejas y como ésta puede influir en la producción de leche, mejorando el perfil de ácidos grasos beneficiosos para la salud del consumidor.
Investigadores de la Universidad de Almería han analizado las propiedades de los aceites de diversas plantas de distribución restringida de toda Europa, estableciendo su potencial nutricional y terapéutico. En concreto, el equipo de expertos ha encontrado en Andalucía dos especies, Anchusa puechii y Glandora nítida, con altos niveles de omega-3 y omega-6, ácidos grasos beneficiosos para la salud.
Un nuevo estudio revela que una alta concentración en sangre de ácidos grasos omega-3 no tiene beneficios para la memoria, el conocimiento o la percepción. El ensayo, elaborado por investigadores estadounidenses, incluyó a 2.157 mujeres de entre 65 y 80 años.
Un estudio científico describe por primera vez la relación entre el consumo de frutos secos y un alto nivel de metabolitos de serotonina —un neurotransmisor clave en la transmisión del impulso nervioso— en pacientes con síndrome metabólico (MetS). El trabajo, publicado en la revista Journal of Proteome Research, está liderado por investigadores de la Universidad de Barcelona (UB).