Hace seis años el módulo Philae de la sonda Rosetta tuvo un accidentado aterrizaje en el cometa 67P. No logró anclarse bien en el lugar programado y tras un sobrevuelo acabó en el fondo de un barranco. Pero poco antes, tuvo un breve segundo aterrizaje en una zona que recuerda a un cráneo humano con sombrero, donde dejó su huella en un hielo con miles de millones años. Lo cuenta ahora la Agencia Espacial Europea.
Estos animales evolucionaron hace unos 245 millones de años y se extinguieron con los dinosaurios no aviares a finales del Cretáceo. Dos estudios publicados por el grupo Nature dan a conocer aspectos desconocidos de estos reptiles: sus preferencias de alimentación y la evolución de su vuelo.