Un gran estudio observacional con más de 90.000 pacientes en 671 hospitales del mundo concluye que la cloroquina y la hidroxicloroquina, que el presidente estadounidense Donald Trump dice estar tomando para prevenir la COVID-19, no solo no mejora la condición de los enfermos, sino que causa problemas cardiacos y aumenta el riesgo de muerte. Los resultados se han publicado en la revista The Lancet.