En el Cretácico, hace unos 105 millones de años, no existían ni hormigas, ni abejas ni mariposas con espiritrompa, y la mayoría de ecosistemas terrestres estaban dominados por plantas sin flores (gimnospermas). Darwinylus marcosi es el nombre del escarabajo –inspirado en la pasión del naturalista inglés Charles Darwin por estos insecto– que representa la primera evidencia científica de un nuevo patrón de polinización en insectos en el Cretácico medio, según un artículo de la revista Current Biology que cuenta con participación española.
Un estudio de la Universidad de Córdoba determina cuáles son las mejores especies para evitar que las llamas alcancen las viviendas en los incendios que afectan a urbanizaciones y zonas rurales en mitad de la montaña. Según el trabajo, la tuya y el aligustre son las plantas que cualquier persona debería emplear en los setos de sus viviendas si quiere mitigar los impactos de las llamas en sus viviendas.
Un equipo de científicos, liderado por el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, ha identificado las primeras evidencias culturales fuera de África atribuidas a los humanos anatómicamente modernos. Se trata de un conjunto de herramientas de piedra, de una antigüedad de hasta 54.000 años, encontradas en la cueva de Kaldar (Irán). Han hallado herramientas de piedra asociadas a restos faunísticos en un nivel datado por Carbono 14 entre 36.000 y 54.000 años de antigüedad.
Investigadores de las universidades de Jaén, Almería y la de Al Jouf, en Arabia Saudí, han demostrado que los aceites enriquecidos con carotenoides, un compuesto con propiedades antioxidantes, son más estables frente a la degradación térmica por microondas que los aceites sin enriquecer. Este descubrimiento dota al aceite de oliva de un valor añadido superior.
Con la ayuda de la luz del sincrotrón ALBA, cerca de Barcelona, un grupo de investigadores europeos ha demostrado que el mineral franckeita actúa de forma natural como un material bidimensional semiconductor. El avance podría tener aplicaciones en en el desarrollo de fotodetectores o celdas solares.
Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos y otros centros españoles han logrado un mayor control sobre las propiedades de la perovskita híbrida de metilamonio, un material alternativo a las caras tecnologías que se usan en la fabricación de células solares.